CAPITULO XXIX

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Una oscura ambición sale a la luz

HANK

La pérdida siempre fue una de las cosas que más me marcaron. Pero la muerte de Logan la estoy experimentando de una manera mortal. Él no merecía esto, él ha sido el único amigo que he tenido durante años. Era mi mejor amigo, mi familia. Todos sus sueños se fueron a la mierda y lo único que más deseaba era casarse. Anhelaba poder formar un hogar, que al igual que yo nunca tuvo.

Fue el único que estuvo ahí... a pesar de todo.

¡Soy un grandísimo idiota! ¿Por qué lo envié a luchar con este desgraciado? Su mirada llena de temor se estampa en mi mente lastimándome más.

Ataco al líder con una serie de patadas y puños con rabia.

Se defiende propinándome golpes que me dejan aturdido por un momento y esos segundos los aprovecha para lanzarme lejos con una patada. Nunca me he destacado en la defensa personal. Mi condición física no es tan fuerte como la de los guerreros, pero en este momento hago lo mejor que puedo. Vengaré la muerte de Logan como sea.

Ya estoy harto de que estas cosas sucedan. Hasta cuándo debo soportar siempre lo mismo.

El hombre se abalanza contra mí y usa la espada que toma del suelo para atacarme, pero la esquivo realizando una estrategia para quitársela. Cuando estoy a punto de arrebatarle el arma él mismo la lanza lejos. Por ver dónde cae la estúpida espada bajo la guardia y él aprovecha el momento para inmovilizarme. Agarra mi cabello con fuerza y sé exactamente lo que pretende hacer.

—Tus últimas palabras... hechicero. —exclama en un tono macabro.

Sonrío para mis adentros con la fiel esperanza que me queda. Esta pelea la ganaré yo.

—Dile a mi padre que le envío saludos.

Con eso, hago una maniobra que vi muchas veces en el pasado. Logro zafarme de su agarre y con la energía que reúno en el proceso le lanzo un gran ataque de luz que termina pulverizando su cuerpo.

El hombre se desintegra y veo que algo cae al suelo, pero no le presto atención. Me siento tan agotado que me mareo un poco debido a la falta del shik. Las energías me están abandonando y para mi mala suerte no traje un cuarzo para recuperarla. Gotas de sudor me recorre la cara mientras mi cuerpo arde por el esfuerzo.

Y es entonces cuando la respiración se me torna pesada al recordar algo, o más bien a alguien. Estabilizo mis sentidos asustado y recorro el lugar con mi mirada temiendo que haya desaparecido.

Al encontrarla... el corazón se me detiene.

Mis ojos se abren mucho por el impacto y mi alma amenaza con salir de mi cuerpo. Dicen que la impresión, el terror y la inquietud son emociones imposibles de sentir al mismo tiempo, y yo ahora las estoy experimentando. Pero aparte de eso siento aturdimiento.

Esta última me causa una perturbación aún mayor. Es el efecto de la atrocidad que estoy presenciando.

El guerrero que la ayudó a bajar del caballo se encuentra tras ella. Ella cae de rodillas con lentitud mientras una espada le atraviesa la cabeza y de su frente salen unos hilos de sangre manchando su rostro. Sus ojos, a pesar de que están abiertos sé que su vista no funciona. Están vacíos, carecen de brillo, ya no hay vida en su mirada.

Al momento de caer completamente su rostro impacta con el suelo y la punta de esa espada se retrae en su cráneo por la presión de la tierra.

Dereck se inclina para tomar el mango de su arma y la saca con brutalidad de la cabeza de la pelirroja.

UN TOQUE DE FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora