Agradecimientos

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Y hemos llegado al final de esta historia, un trabajo de 6 años que inició con la idea principal de que un chico que fuese salvado del dolor por su interés amoroso (ahora suena bastante vacío viendo como es Izuku y Ochako).

En serio espero que les haya gustado el final, quise mostrar un paralelismo del primer día de clases entre Deku de 2018 e Izuku Yagi en 2019.

Aprecien esto:

"Ahora tengo 14 y lo único que quiero es lanzarme por la azotea de la escuela" (Prólogo, Rescataré tu sonrisa)

"Quisiera, desearía que algo así fuese posible, pero en el mundo en que vivimos, o al menos en mi mundo, alguien como yo jamás va tener alguien que le de una cálida sonrisa" (Capítulo 1, Rescataré tu sonrisa)

"Quiero vivir, sé que voy a vivir y no importa si los días grises vuelven, no voy a retroceder. Yo viviré" (Final, No soltaré tu mano)

"Ochako me sonreía intentando darme ánimos, lo cual no funcionaba, Shoto no sonrió, pero asintió sutilmente la cabeza como apoyo" (Final, No soltaré tu mano)

Un prólogo y capítulo 1 bastante intensos, los dos juntos tienen un total de 1,495 palabras, curioso que hoy en día lo mínimo por cap sean entre 4k y 5k. (Me autoexijo más, no me conformo con menos)

Nada estuvo planeado en un inicio, escribía en el microbus lo primero que se me ocurría y publicaba sin revisar nada, mi error más fatal...

Esta historia iba a tener 3 caps y era de otro ship, ni siquiera estaba pensado el Izuocha, no sé por qué cambié de parecer, pero me alegro de cambiarlo.
Luego tenía planeado solo 20 caps como máximo y miren, 2 partes, la primera de 40 y la segunda de 44 xD

Ahora se preguntarán o tal vez no, ¿cuándo se me ocurrió planear la historia?

La respuesta es sencilla, con uno de los pjs de esta historia por el cual más lloré al escribirlo y que todos odiamos... Bakugo.

Bakugo al principio solo iba a ser un bully más, pero decidí darle un trasfondo a la par de Izuku, no quise dejarlo solo como un matón más, sí, él es un hdp en la historia, pero quería que tuviese ese algo que no lo volviera reemplazable por otro bully de turno.

Y gracias a él, todo se craneó en mi cabeza, ya no quería hacer una historia del chico depresivo salvado por su interés amoroso, deseaba más que solo un amor dulce.

Podría haber escrito que Izuku se cura de la depresión por el amor y Ochako se vuelve su soporte absoluto, que ella sea su psicóloga, pero pensé en qué tipo de mensaje quería mostrar y bueno, quise retratar algo sano y realista.

Decidí que lo mejor para Izuku era ir al psiquiatra y curar sus heridas, porque no estamos hablando de un chico que sufre y puede curarse con el apoyo de un entorno saludable, el prota de esta historia ya está en el punto más bajo, uno donde necesita sí o sí ayuda profesional y yo quise ir por ese camino, en mi opinión, el camino más difícil para escribir, ya que tenía que ser más realista.

La depresión no es un resfriado o un hueso roto, no hay un tiempo establecido para lograr sanar algo emocional y pues dándole un diagnóstico de tal calibre a Izuku es: Michelle, no puedes hacer que todo cambie de golpe.

La escritora se ató a sí misma, pero eso es lo que pasa cuando escribes una historia en base a nuestra realidad, si fuese un mundo ficticio sería más sencillo, pero no, a mi se me ocurrió hacerlo, por lo tanto, a ser realista se a dicho.

La parte uno es bastante más dura y difícil de leer, a pesar de ser más corta. La parte dos es triste, pero no como la otra, ya que no deseaba repetir la misma trama.

Rescataré tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora