(Fantasía oscura y urbana)
Ascendido a una vida distinta de la humana, bajo la identidad del Milnombres Ulkidur; una criatura con capacidades tanto extrañas como con potencial de ser peligrosas, el Niño del Piso Dos, en el fatídico día del Rito Enig...
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(Hermoso mockup y portada realizados por @bethamh)
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Me llamo...
No.
No creo que conocer mi nombre sea de tu interés, pero quizá te importe conocer que vivo con papá y mamá en o más bien dicho... viví con ellos en un departamento de paredes blancas que a veces eran rojas o cafés. Lo único que tuve para entretenerme era mi querido oso de peluche con el compartí mis mejores momentos, además de aquella ventana por donde vi pasar a esos molestos seres que ya puedo llamar inferiores.
Ahora vivo "arriba" en un lugar que tú nunca podrías imaginarte; es oscuro y es mi hogar temporal hasta que pueda ascender al lugar que me prometieron.
Creo que a ti te vi antes por la calle, estabas de camino a la heladería con tus padres, tal vez reconozcas mi voz. Creo que tú eras mi vecino ¿o vecina? De uno o dos pisos superiores. Qué importa tu sexo, lamento tanto que tú fueses la persona que escuchó todas esas botellas romper, los llantos que provenían de mi departamento y los gritos incesantes a altas horas de la noche. No te reproches en preguntar lo qué fue, tú no debes preocuparte de ello, seguro tienes asuntos más importantes por tratar, ni siquiera sé por qué pierdes tu tiempo conmigo.
Por favor, no preguntes cómo estoy. Aunque mi apariencia siga siendo la de un niño, por adentro cambié desde que hice el pacto para convertirme en un ser más allá de tu entendimiento y el de muchos más. Nada malo me pasará. Solo estoy yo, sin ningún reproche o grito que deba escuchar. Mi humanidad terminará de morir pronto, mi alma jamás lo hará.
Cuando viví con los señores que llamé padres, era un chico algo torpe, o eso me decían. Siempre rompía las botellas con líquidos extraños que mamá bebió en noches enteras o echaba agua sobre las camisas de papá que olían a perfume de mujer y estaban con cabellos que no eran suyos. Ella le reclamó por todas las veces que lo hizo, él respondía con gritos. Yo, lo único que hice fue mirar de lejos sus discusiones, esperando a que me dieran atención.
¿Qué si quería a mis padres? ¡Que locura dijiste! No, no y no. Son lo peor de lo peor. Jamás quiero volver a saber de ellos.
¡Oh! Gracias a ti recordé que también hablaba en voz baja, en especial las veces que conversaba con "ellos" ¿Qué quiénes son ellos? Mis únicos amigos, no eran imaginarios. Eran de colores y juguetones. Aparecieron un día cuando después de llorar, se asomaron por la ventana y en lugar de causarme miedo, me dieron curiosidad.
