CAPÍTULO 11: LOS ZOLDYCK

27 6 0
                                    

Por Reah

—Porfavor, pasen.

Zebro abrió la puerta principal de una pequeña casita en medio del bosque/ patio de la familia Zoldyck. Aquel debía ser el hogar de los guardias, era bastante agradable. Nos sentamos en una de las sillas del salón cuando una voz nos interrumpió.

—¿Ya has vuelto?—preguntó un hombre alto de cabello morado oscuro y tez morena. En sus labios se encontraba un cigarrillo a medio quemar. Sus ojos se posaron sobre nosotros, curioso por nuestra presencia, pero no por ello muy contento. —¿Invitados?

—Él es Seaquant, un compañero de trabajo— Zeburo nos lo introdujo, al mismo tiempo que le explicaba el porque nuestra presencia en el lugar.

Nada más saberlo Seaquant se echó unas buenas risas secas.
—Así que queréis ver al amo Killua, estáis locos. No lograreis nada, asi que rindanse y vayanse a casa. Supongo que nada mas ver la puerta deben saber en que clase de mundo loco vive esta familia.

—Sabemos que no sera facil— respondió Gon— Pero no me voy a ir, no hasta ver a Killua. Cuando el estuvo en problemas no estuve para ayudarlo. Si hubiera estado allí... Yo...

Puse mi mano en su hombro, negando con mi cabeza.
—Gon, no tienes la culpa. Yo estaba ahí, pude haberle ayudado, pero no pude.

Ambos nos miramos con tristeza, dolidos por lo mismo.

—¿Y si entrenan aqui?—nos propuso Zebro, le miramos confundidos—Hasta que puedan abrir la puerta de la prueba entrenarán aquí, y luego pueden irse a por el amo Killua. ¿Les parece bien?

Los cuatro nos miramos entre nosotros, y sin necesidad de palabras nos pusimos de acuerdo
—Si—dijimos a la vez

—Bien, entonces voy a por la equitación—se fue de la habitación bajo nuestra atenta mirada. Al rato volvió con unos chalecos—Ponganselos porfavor.

Nada mas cogí el chaleco entre mis manos me caí al suelo, los chicos igual. ¡Estos chalecos eran muy pesados!

—Este chaleco pesa 50 kilogramos, úsenlo todo el tiempo excepto para dormir. —indicó Zebro.

Fue así cómo empezó nuestra estancia allí juntamente con nuestro entrenamientos. Los primeros días fueron muy complicados. Todo, y créanme cuando os digo que todo, lo que usábamos pesaban más de 20 kilos: las teteras 40, las tazas 20, las malditas puertas 500 kilos. ¡500!
pero con esto nos haríamos mucho más fuertes, y pronto veríamos a Killua.

Pov Narradora

En los pasillos de una mansión, en la parte subterránea de esta, dos personas caminaban a paso lento. Una era una mujer de extravagante vestido victoriano que contrastaba con sus gafas de robot y rostro vendado. El otro, era un niño vestido de Kimono, con el cabello corto negro y ojos magentas.
Finalmente se detuvieron enfrente de una puerta metálica enorme.

—Kalluto, abre la puerta— ordenó la mayor al menor. El niño realizó la orden de su madre y esta paso a la habitación donde se encontraban dos de sus cinco hijos.

La escena era horrible para cualquiera que no supiera que eso era lo habitual en aquella familia. El hijo mayor, un chico e cabello corto negro y con obesidad que vestía con una blusa rosa y pantalones beige, sostenía un látigo y golpeaba a su hermano pequeño encadenado a la pared, desnudo de cintura para arriba y cubierto de heridas. Su sangre inclusive manchaba su cabello albino.

La mujer avanzó hasta el albino.
—Kil, ¿ya aprendiste la lección?—habló la mujer con un tono chillonamente dulce.

—No sirve de nada mama, no se arrepiente en lo mas mínimo—habló el hijo con látigo en mano

HUNTER X HUNTER (Killua x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora