De vuelta viví un aburrido día de clases, no es que estar en el colegio me emocione demasiado, voy ahí por obligación, porque mami dijo que así podríamos escapar para siempre de donde estamos; a veces voy solo por ella y porque no podría dejar a lil sis indefensa.
Después de que terminara el plato, di pasos suaves para llegar a la puerta, escuchando que la sala estaba repleta de voces, la abrí un poquito, lo suficiente para ver a mamá y unos cuantos más, eran unos cuatro en total. Tomé la decisión de no irme de hasta que ellos se fueran.
—No te preocupes mami, nos quedaremos como unos diez días contando desde hoy. No sé si sea el caso con Denis.
—Él no me importa tanto, pero no quiero que tú y Ellie sean sancionados.
Creo que esa fue una forma de decir que no le importa Denis, ella y papá lo tratan de sirviente pese a que es una buena persona y me ayudó en algunas tareas difíciles y fue paciente conmigo en la feria y pagó todo lo que pedí y los juegos y...
—Hello, pequeño campeón, que bueno que te encuentro —Big bro Konstantinoz abrió la puerta—. Quisiera tener contigo una charla de hermano a hermano.
—Vale, big bro —fingí estar feliz levantando el pulgar hacia arriba.
—Creo que ya tienes edad suficiente para que te lo diga. No es el cómo se hacen los bebes, si no, una responsabilidad.
— ¿Una tarea?
—Sí, una tarea —me dio un caramelo—, una muy especial e importante en la que Ronald falló por completo: la de cuidarlos y protegerlos a ti y...
Por algún motivo, la boca de big bro se deformó. Me sacudí la cabeza, volviendo a oír bien.
—Pero, quiero que tú la protejas a ella que es más débil de fuerza, indefensa y podría sufrir más ante el mundo y las circunstancias de la vida.
—Sí, big bro, yo siempre he estado a su lado, soy su compañero de juegos.
No quería preguntar el porqué, pero al mismo tiempo lo descifré cuando dijo que era débil e indefensa.
—Sus problemas podrían llegar a ser peores que los tuyos, tú podrías crecer tan alto como yo y tener tanta fuerza para defenderla de los tipos malos que le quieran hacer daño.
—Sí, hermano, lo entiendo —subí la mirada para no parecer un cobarde.
Cuando la charla terminó un sentimiento de culpa entró dentro de mí, fui un cobarde ese día al dejar que ella me defendiese ante Miss Palmer, se supone que debió ser al revés. De inmediato fui a verla para pedir perdón, desde esta mañana que ha actuó extraño, sentándose en un sitio lleno de luz y en colocando con color azul en su cuaderno: I hate clowns. No le pregunté, vaya llorica que fui, pero ahora, no, me disculparé.
—Lil sis —dije, tocándole la espalda y de pronto me vio con la mirada caída que pone cuando tiene miedo, genial, en vez de mejorar, lo empeoré.
—No me toques —dijo, después nos observamos a los ojos, los dos tenemos el mismo color y el tamaño de estos—. Perdóname hermanito, tengo que hacerte una confesión, no puedo ocultar esto —de ella salieron unas gotitas que chocaron el piso—. Mientras estuvimos en la feria, un señor parecido a un payaso intentó tocarme en sitios donde no debía y nadie hizo nada para detenerlo hasta que vino hermano mayor Konstantinoz y casi por mi culpa iba a ser golpeado. Por favor no se lo digas a nadie más, por favor.
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Juego de un Milnombres
Fantasi(Fantasía oscura y urbana) Ascendido a una vida distinta de la humana, bajo la identidad del Milnombres Ulkidur; una criatura con capacidades tanto extrañas como con potencial de ser peligrosas, el Niño del Piso Dos, en el fatídico día del Rito Enig...