Hyunjin siempre ha visto en Felix un ser etéreo, casi como si no fuera de este mundo. ¿Qué pasa cuando quiere darle un regalo de cumpleaños a la altura de tan hermosa criatura?
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Hyunjin estaba nervioso llevaba meses preparando todo, desde el viaje a Noruega hasta cada detalle en el camino de Felix, había llegado con dos semanas de anticipación al país para que pudiera ir a todos los lugares por los cuales le hizo pasar fingiendo que debía ir a trabajar, la verdad es que su jefe le debía valiosos días de vacaciones que jamás había tomado.
Los astros parecían alinearse casi literalmente, Hyunjin andaba en busca de una noche especial para hacer lo que pretendía hacer y curiosamente el cumpleaños de Felix le daría esa noche en específico. Sería la primera noche después de semanas en que la noche finalmente parecería noche en Tromso ya que durante el verano en aquella parte del mundo no anochecía, hoy por primera vez después de un tiempo el cielo estaría lo suficientemente oscuro para poder ver algunas estrellas.
Miró tras su espalda todo lucia muy bien y cuando vio nuevamente por la ventaba entonces finalmente tuvo la imagen de Felix con su corona de flores montado en la bicicleta color menta. Su corazón hizo eco de su palpitar en los oídos a medida que Felix se acercaba al castillo, asegurarse que nadie rondara el lugar aquella noche fue algo complicado pero nada imposible cuando ofreció a las autoridades noruegas hacerles publicidad en la revista para la cual trabajaba.
Se había vestido para la ocasión, camisa blanca holgada parecida a la de los piratas, pantalones de vestir negros con tiro alto, sabia cuando amaba Felix cuando realzaba su delgada figura y todo lo demás eran deseos por abrazar y besar a su novio, bajo a su encuentro cuando Felix había dejado la bicicleta a un lado.
Realmente parecía un Hada sacado de un cuento, su sonrisa ilumino el día que comenzaba anochecer, luego dijo contento: —Agregue los claveles en mi corona, y aquí en la bolsa traigo muchos de los dra...— su festiva conversación fue detenida por el efusivo beso de Hyunjin.
Se derritió en la boca de su príncipe gimiendo de gusto cuando se encontró con la invasión de la lengua de Hyunjin en su boca, dejo caer suavemente sobre el pasto la bolsa con los dragones de papel y las fotos, su cabeza se inclinó siguiendo el ritmo del beso necesitado haciendo caer también su corona, todo lo demás fueron caricias, jadeos necesitados de oxígeno, pequeñas pausas de algunos segundos para luego volver a besarse.
—Te amo, te amo, te amo —repitió Hyunjin entre cortos besos en los gloriosos labios de Felix —Felix cumpleaños mi ángel.
—Y claro que ha sido un feliz cumpleaños —peinó algunos mechones de cabello oscuro tras la oreja de Hyunjin mientras lo admiraba entre el hermoso paraje natural. Aun en tan hermoso paisaje lo más hermoso eran los gestos y los ojos oscuros de Hyunjin. —Solo me faltaba algo para que todo fuera perfecto. Este Elfo necesitaba a su príncipe.
—Le ofrezco mi castillo, mi amor y mi vida, hermosa criatura. —Volvió a fundirlos en un profundo beso.
— ¿Puedo reclamar mi premio a tan cansadora travesía?
