Capitulo 28. Mayo y junio 1957. La boulangerie

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25 de mayo

Marta y Fina estaban felizmente adaptadas a su nueva vida en Niza. Isidro había llegado hacía unos diez días a la ciudad de la costa azul. Se quedó algunas noches con las chicas,  pero pronto encontró un pequeño apartamento no lejos de donde vivía la pareja. Aunque Fina y Marta intentaron convencerle de quedarse en el ático, el toledano no quería entorpecer en la relación de ambas y su decisión era firme.

En esos días en Niza, la pareja había conseguido ya un local muy bien ubicado en donde poder montar su boulangerie. Ambas estaban muy emocionadas. Antes que nada era necesario realizar algunas reformas por lo que tuvieron que contratar algunos obreros.

- Padre, buenos días. Le dijo Fina dándole un beso a Isidro. - Gracias por venir. Pero todo por aquí está controlado, la reforma va sobre lo previsto. No es necesario que usted tenga que trabajar.

- No veo mejor sitio en donde invertir mi tiempo, Fina. Además, ¿qué hago yo solo en mi piso? Aquí me distraigo y así os echo una mano.

- Como usted quiera. Aquí siempre es bienvenido, es sólo que no quiero que haga esfuerzos a su edad.

- Tranquila, hija. No los haré.

A medida que pasaban los días la boulangerie iba cogiendo forma. El trabajo más estructural ya se había terminado. Quedaban algunos flecos de los cuales las propias Marta y Fina se habían hecho cargo. La idea de ambas mujeres era poder inaugurar el 15 de junio.

Después de una larga jornada en el local y con Marta cerrando contratos con comerciales y provedores de la ciudad francesa, ambas mujeres estaban cenando relajadamente en casa. Esas semanas estaban siendo muy intensas, pero cada día estaban más cerca de hacer realidad su sueño, lo cual las llenaba de energia renovada para iniciar, al día siguiente, uno nuevo lleno ilusión.

- Debemos pensar un nombre para la pasteleria, ¿no? Preguntó Fina a Marta. ¿Has pensado en alguno?

- Pues la verdad es que no. Pero quiero que sea algo que tenga significado para las dos. Podemos pensar juntas. Friego los platos y si quieres vamos al sofá a pensarlo.

- Perfecto. Te ayudo con los platos.

Después de dejar la cocina recogida, Fina y Marta se dirigieron a su salón, la rubia se sentó en el sofá y la hija de Isidro se tumbó reposando su cabeza en las piernas de la mediana de los de la Reina.

- A ver, ¿qué nombre podríamos ponerle? Fina retomó la conversación.

- Quizá podríamos juntar las letras de nuestros nombres. Dijo Marta.

- Mmmm... No es mala idea, pero creo que tengo una mejor que he ido pensando estos días. ¿Qué te parece boulangerie le 6 janvier?

- ¿Pastelería 6 de enero? Preguntó Marta, aunque ya sabía la respuesta.

- Así es. Esa fecha significa mucho para nosotras. Fue la de la primera vez que me besaste y, sobre todo, el día que te despertaste del coma y volviste a mi. ¿No te parece el mejor nombre del mundo? Dijo Fina con una gran sonrisa en su rostro.

- Me parece genial. Me encanta ese nombre mi amor. Entonces, ¿esa va a ser nuestra fecha de aniversario? Preguntó la rubia.

- Me parece bien. Pero, ¿desde cuando empezamos a contar?

- ¿Qué quieres decir?

- ¿Desde la primera vez que me besaste o desde cuando saliste del coma?

- ¿Tú qué prefieres?

- Creo que hemos tenido muchas idas y venidas pero, el 6 de enero de 1947 para mi marca el momento en el que supe que yo también te gustaba.

- No me gustabas. Respondió Marta.

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