10

10 3 0
                                    

Ella arrugo la frente viendo la nota frente a ella, era evidente que su trabajo era el mejor de todos, se había esmerado mucho para recibir una excelente calificación final, miro al profesor entregar las demás calificaciones, evidentemente estaba desquitándose.

Ella no era de las que se dejaban, Hinata no estaba de buen humor. Mala suerte para ese profesor.

—Bien chicos, felicidades por el esfuerzo, es evidente que varios se esmeraron para cerrar este curso aunque otros no tanto, bueno, si tienen alguna duda con su calificación hagan el favor de abstente...

—¡Yo tengo una duda profesor! –había insolencia en su voz, todos sus compañeros la miraron.

—Hinata ¿Qué haces? –susurro Tenten, se habían percatado del gesto de la ojiperla.

—Señorita Namikaze haga el favor de...

—¿De qué? ¿Otra vez quiere verme después de clases, cuando no haya nadie cerca? –esa declaración no sonó bien.

—¡Uyyyyy! –los gemidos de asombro y sorpresa no se hicieron esperar.

—Se-señorita haga el fav...

—¡Mi trabajo es el mejor! ¡Me esmere mucho, no me parece justa esta calificación!

—Si es tan amable de revisar las notas que le escribí vera el motivo por el cual...

—Redacción ¿Es en serio? Mi redacción es impecable, ¡Me parece una estupidez!

—¿Qué? –dijo atónito.

—¡Sí, estupidez! Es-tu-pi-dez, ¡Así o se lo deletreo profesor Utakata! –las burlas no faltaron lo que molesto al profesor.

—Suficiente, acompáñeme a la dirección. –se acerco a ella para tomarla del brazo pero ella se sacudió alejándose de el.

—¡¿A la dirección a su cubículo?! –más sonidos de asombro resalieron. —¡Es un maldito cerdo! ¡Todo esto solo porque no me quise acostar con usted!

El vaso quedo derramado, o mejor dicho el chisme aunque de chisme no tenía nada ya que no era mentira del todo, el asunto escalo a tal grado que la policía a pareció en la escuela donde retuvieron al profesor.

Después de revisar su casa encontraron varias fotografías de estudiantes, la mayoría eran de Hinata, escarbando en el historial de ese hombre se descubrió una denuncia por parte de su exnovia.

Afortunadamente para Hinata era su último año en esa preparatoria, no tendría que pisar ese escuela y soportar las habladurías.

—¿Estas bien Minato?

—Claro cariño ¿sucede algo? –dijo el rubio despegando su mirada del periódico que tenía en mano. Kushina se acercó a él para abrazarlo.

—Tu hija es muy fuerte, no se le ve afectada. Además, ya paso, hiciste lo que debiste. –ella sabía que Minato no la había pasado bien, se sintió decepcionado al saber que su hija estaba siendo acosada, y el sin saberlo. Eso no había sido lo que le prometió a Hanna

—Lo siento, es solo que ciento que no hice lo... -había comenzado a llorar, ella le seco una lágrima sonriéndole para reconfortarlo. —Gracias.

—En definitiva es tu hija, ven. –le tomo la mano, lo llevo a la biblioteca donde Hinata descansaba sobre un lago sofá, tenía un libro sobre las piernas mientras hablaba por teléfono muy amenamente.

—Ya paso. –le dijo sosteniéndole del brazo.

—Jajaja, eres un payaso, cómo voy a creerte... -Hinata hizo amigos con suma facilidad en la universidad de Cornell en Ithaca.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 15 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi vehemencia -PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora