¿Real o ficción?

primero y último

En un pequeño ser habitaba algo llamado dolor. Era dañado de cualquier forma posible e impensable. Deseaba que no llegara la noche, pues no quería volver a ver a ese monstruo quien lo llamaba en cada sueño que tenía, y lo único que él deseaba era no tener un mañana. El quería huir, pero cada vez caía más profundo a la oscuridad. 

Hay personas malas, personas horribles. Pero el fue educado de una forma en la que no lo miraba de esa manera, al pequeño le enseñaron que cada ser que habita este planeta, no tenía maldad.

Podías ver a un niño jugar alegremente con las hojas de un árbol, mientras seguía jugando a las afueras de su casa, detrás de él algo lo observaba. La madre del pequeño lo llamaba, aquella cosa solo se resignaba a seguirlo con la mirada, hasta que la puerta fue cerrada. Al día siguiente era la misma rutina, el niño jugaba mientras era observado por aquello que lo acosaba día y noche.

Esa cosa llegaba a lado del pequeñín, preguntándole si podía jugar, el niño con inocencia acepta. Dándole oportunidad a que aquello continuara con el plan malvado, esa cosa hablaba amenamente con el pequeño. Hasta que lo agarra de la mano y lo aparta, llevándolo al lateral de su casa. El niño desgarraba su garganta gritando del dolor, haciendo que el otro lo disfrutara. Los gritos eran aterradores, lo único que él deseaba era que alguien fuera a rescatarlo de su pesadilla, pero nadie lo sacó de su sufrimiento, llenando el interior del pequeño en desespero. 

Cuando logró ser libre, rápidamente fue al interior de su casa tratando de explicarle a su madre lo que había sucedido. Ninguna palabra lograba salir de su boca, su garganta estaba destruida. Después de aquel acontecimiento, el niño temía salir a jugar aun con la supervisión de su madre. Le daba miedo encontrarse nuevamente a ese monstruo que lo acechaba en sus dulces sueños. Provocando que este dejara de dormir y se le notaban en sus pequeñas ojeras. Se atormentaba todos los días queriendo contar su historia, pero ninguna palabra podía salir, el miedo lo carcomía.

Los años pasaron y aquel niño era ahora un adolescente, que escuchaba música y cantaba a todo pulmón, su concierto fue interrumpido por unos toques en la puerta de su casa. Cuando abre la puerta, él creía que volvía al pasado siendo nuevamente un niño, pues miraba a los ojos al monstruo que vivio en su cabeza, reviviendo aquel trauma que creyó haber superado.

Su cuerpo temblaba, no sabía si era por miedo, pero no iba a tolerar tenerlo cerca otra vez. Con la poca fuerza que tenía, trato de cerrar la puerta. Esa cosa empuja la puerta haciendo que el chico retrocediera y aprovecha para agarrar su brazo y estrecharlo a su cuerpo, creando un abrazo. Dejando al chico pasmado, aquel gesto lo hacía sentir asqueado y más si venía de aquello. Ahora con toda su fuerza lo empuja, así logrando cerrar la puerta.

Ya no pudo más y comenzó a llorar, arañando su cuerpo para olvidar la sensación que dejó en el. No podía creer que tendría el descaro de volver a su hogar y recordarle lo que tanto tardó en olvidar.

Los días del pobre chico estuvieron llenos de terror, pareciera que esa cosa estaba en todos lados, en la escuela, en la salidas con sus amigos y cuando llegaba a casa después de clases. Lo miraba nuevamente en ahora sus pesadillas, ya no quería volver a sufrir con lo mismo otra vez.

Llegó la noche y el chico había tomado una decisión. Luchaba con su cabeza, quería detener cualquier pensamiento, él quería seguir adelante con la única solución que se le ocurría para terminar con absolutamente todo. Y así es como finalmente llega a lograr la felicidad y encontrar por fin la paz.

La madre al día siguiente toca la puerta de su hijo, intentando despertarlo, pues llegaba tarde a su clase y tenía que llegar antes por su futura graduación. Entra a la habitación ya desesperada, pero no encuentra a su hijo y lo que le llama la atención es una carta que estaba encima de su cama, la abre y empieza a leer su contenido, la carta lograba describir todo lo que había sufrido durante años, haciendo entrar en pánico a la madre, lo buscaba por toda la habitación, pero no había ninguna señal de que su hijo estuviera con ella, el siempre iba a estar a su lado, aunque ella no lo pueda ver.