I choose my poison and it's you -「Khr」R86『Reborn x Haru』

Capítulo III

Soltó un chasquido lleno de fastidio por haberse olvidado de llevar una botella de agua a su habitación antes de ir a dormir, y ahora moría de sed.

Con mucha pereza se levantó de la comodidad de su cama, para ir por una, no hubo ningún real problema por ello, sin embargo cuando venía de vuelta, escucho el sonido de algo caer en la habitación de sus padres.

Al notar que la puerta estaba entreabierta se acercó, pensando que tal vez su hermosa madre aún estaba despierta, queriendo molestarla un poco.

No obstante al asomarse pudo ver que allí, estaba Gianluca teniendo sexo con Haru.

"Por supuesto", pensó.

¿Por qué no tendrían intimidad? Estaban casados, eran marido y mujer, obviamente él podía hacerlo con ella cada que quisiera, no tenía por qué esperar a que alguien se marchara para hacerlo, ni ser paciente, porque lo suyo es oficial.

Aunque, se tuvo que morder la lengua para no soltar una carcajada al notar la expresión de Haru, ¿Cómo es que no era consciente de que ella no lo estaba disfrutando para nada?

Controlando sus inmensas ganas de entrar y apartar al tipo de un solo golpe, dio media vuelta volviendo a su cuarto.

Dando un fuerte portazo y sin cuidado se lanzó a su cama, deseaba con todo que lo escucharán, para cortarles el ambiente.

Pasó sus manos por su rostro, sentía que estaba a nada de caer en la locura y aunque no le importaría hacerlo, sabía que a Haru si, lo último que deseaba era lastimarla.

Ante cualquier situación su prioridad era ella, a quien jamás esperaba defraudar o herir de alguna forma, porque la amaba con todo su ser.

「•••」

Esa sería la razón de su malestar y su extraño actuar según sus amigos, pero claro, no podía hacerles saber aquello.

Si, estaba jodido y quizás también un poco loco, lo aceptaba.

Aun así él era consciente de las consecuencias que traería si se sincerara con ellos, más si los conocía como hacía, prefería ahorrarse los disgustos.

Suspiró, se recostó y miró al techo.

Las expectantes miradas de los chicos lo molestaba, pero estos al notar que no hablaría, decidieron insistir.

— Cuéntanos, hombre, tal vez encuentres un buen consejo en nosotros. — comentó Skull, siendo secundado por el rubio. — ¿Te fue mal en el entrenamiento?

Negó.

Esta vez fue turno de Colonnello de preguntar. — ¿Algún follón te dejo pensando‐cora?

El peli morado lo miró con desagrado. — ¿Por qué siempre las conversaciones contigo terminan en sexo?

— Bueno, el sexo es lo mejor de la vida, ¿No‐cora? — levantó los hombros restándole importancia. — Entonces... ¿Mal de amores‐cora?

Ambos notaron la leve reacción que tuvo su amigo ante esa última pregunta, así que intercambiaron miradas cómplices.

— Es eso, ya veo... ¿Al fin una chica logró conquistar el frío corazón de nuestro gran Reborn‐sama? — pregunto burlón, riendo con diversión al ver al susodicho rodar los ojos.

— O bien podría ser un chico‐cora. — comentó Colonnello, recibiendo toda la atención de sus amigos. — ¿Qué? No es como si fuera algo malo, si el sexo es bueno, no importa mucho si es hombre o mujer‐cora.

Skull suspiró. — Ya te dije que dejes de resumir todo al sexo, bastardo. — negó, volviendo su atención al otro. — ¿Y bien? ¿Cuál es el problema? Si te gusta entonces dile y hazla tu novia, sencillo.