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La cálida luz de la mañana iluminaba la habitación de ambos pilotos, Checo yacía profundamente dormido mientras que Max estaba despierto revisando su teléfono y respondiendo mensajes de sus amigos, la mayoría de ellos le hacía comentarios burlones acerca de que la noche anterior había desaparecido junto a el mexicano repentinamente dejando a todos los demás bailando y festejando solos.

— Mgh... ¿De mañana y estás con el celular?

— Buenos días primero ¿No?

Ambos soltaron una risa antes de que el rubio se abalanzara a los brazos de aquel hombre a quien amaba tanto, una escena tierna, Checo cargando a Max en un abrazo reconfortante después de una mala carrera para ambos. Se quedaron unos minutos acostados hasta que el sol lastimaba los ojos del mexicano.

Después de bañarse y arreglarse decidieron que era un buen día para ir a visitar a Carlos, pues en la carrera había perdido el control del volante y se había estrellado contra las barreras de protección. Había salido ileso pero eso no quitaba el gran susto de todos los pilotos, en especial el de su compañero.

Verstappen tomó las llaves del carro de Checo, manejaría él. Ambos salieron y cuando el castaño iba a subir al asiento del conductor sintió el tacto frío de su novio en su mano.

— ¿Que crees que haces? Manejo yo Pérez—. El mexicano soltó una carcajada al escuchar el intento de Max al pronunciar su apellido, pero no se opuso a que él manejara.

La música que habían puesto les daba un ambiente cómodo, ambos iban en silencio mientras se sostenían de la mano y el aire de la ventana despeinaba a Checo.

Definitivamente Max estaba orgulloso de todo lo que había logrado con el mexicano, pues aunque al principio no aceptaba su presencia dentro del paddock con el tiempo de acostumbro a tolerarlo, y aunque era verdad que había tenido varios conflictos dentro del equipo (sobretodo en el GP de Brasil) habían aprendido a llevar las cosas bien y después de unos cuantos meses se dió cuenta de como amaba a aquel chico de ojos cafés con rayos verdes.

— Ey! Charles no sabía que estarías aquí.— la voz de su pareja lo hizo salir de sus pensamientos. El monegasco se dirigió a ambos para saludarlos y sonreír tímidamente.

— Bueno Carlos me pidió que si lo podía cuidar, no podía negarme saben? Es mi compañero y si se mata no ganaremos el premio de constructores. — intentaba excusarse mientras servía vasos de agua para los recién llegados.

— Estás loco si crees que nos ganarás Checo y yo vamos por todos los puntos. — sonrió orgulloso sosteniendo la mano de su pareja mientras veía a Charles.

[...]

La tarde se les había pasado muy rápido, estando en la casa de Sainz se la pasaron bebiendo y nadando en la piscina que tenía, bueno menos Carlos quien estaba sentado en la orilla sin poder hacer muchos esfuerzos pero aún así logro divertirse mucho pues sus amigos le hacían reír con cada tontería que hablaban y sobretodo Checo cuando empezaba a hablar con modismos mexicanos, amaba a ese hombre.

La sonrisa de Checo era contagiosa ante todos, por lo que siempre solían molestarlo con que por él sonreían, a lo que él solo les respondía con un “Si me retiro algún dia estoy seguro que se morirán de tristeza aquí todos son serios, verdad Max?” El holandes negaba y le daba pequeños golpes en la espalda, Checo no podía retirarse y mucho menos dejarlo solo, había peleado bastante por el como para dejarlo ir tan rápido. De regreso a su casa manejaba el castaño, pues verstappen había caído dormido en el asiento de copiloto, siempre que salían a la playa solía dormirse de regreso aunque era lo mismo si iban a nadar a la piscina y eso le causaba cierta ternura a el mexicano.

Al llegar a su casa sabía que tomaría la decisión más difícil de toda su vida, despertar a Max o cargarlo hasta su habitación. Para la primera opción sabía que se levantaría de malas y probablemente le gritaría un poco para después llorar (falsamente) pidiéndole perdón, y la segunda era la mejor, de no ser porque Max dormía en el segundo piso entonces tendría que cargarlo durante un buen rato y subir escaleras con más peso encima de él le iba a costar trabajo, pero aún así lo hizo.
Antes de cargar a su güerito abrió la puerta y la dejo atorada con una piedra se su jardín para evitar que se cerrará, después fue por el al carro y busco el modo de cargarlo, no sabía cómo hacer para no despertarlo pero fue muy cuidadoso, cuando entraron a la casa corrió hasta dejarlo en el sillón y sacudió sus brazos esperando aguantar a subirlo hasta su habitación, pero antes tenia que cerrar el carro y además la casa, así que volvió a salir a cerrar todo, para cuando regreso Max estaba despierto con una botella de agua en sus manos y un almohadazo en todo el cabello.

Checo no pudo evitar reír. —¿Que? ¿Tengo algo?

— Tienes marcado el cojín del sillón en el pelo, solo te deje 5 minutos y ve como estás. — sonrió mientras se acercaba y se ponía de puntas para que sus narices se rozaran como las de los conejos.

— Te amo Pecas... Al final del día eres el único que me entiende. — abrazó a su novio y se quedaron en la cocina un buen rato en la misma posición, ambos sumergidos en la calidez y comodidad del tierno abrazo.

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