Capítulo 10- A ver qué pasa.

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¡Hola calabacitas! Lamento la tardanza para publicar estos capítulos, realmente no he tenido tiempo para actualizarlos debido a problemas familiares, problemas de salud, bloqueo creativo, etc.

Sin embargo, cada día me estoy esforzando un poco para al menos adelantar varias escenas, para ser verdad, es la primera historia con la cual me he inspirado mucho en cada fragmento que escribía. Realmente la hice con mucho amor y dedicación.
Las actualizaciones serán muy irregulares, digo esto debido a los sucesos intrafamiliares que puedan ocurrir de repente y los que ocurren actualmente.
Muchas gracias por el apoyo que me han brindado
Disfruten de su lectura, calabacitas.

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Durante toda la noche, Eren y Janeth se habían quedado en el hospital cuidando de Grace, mientras la chica dormía, los otros hablaban para aliviar un poco la tensión que traía el ambiente.
Casi llegando a la medianoche, la chica abre sus ojos lentamente.

—Finalmente despiertas, hija mía— dijo la ojiazul acariciando la mejilla de la mencionada con sus ojos llorosos.

—¿...Eren?— preguntó débilmente, dirigiéndose al ojiverde con un tono curioso.

—Hace días había notado que no estabas bien, a pesar de que siempre dijeras que no pasaba nada— dijo el mencionado con un tono de tristeza— Grace, sabes que con nosotros existe toda la confianza del mundo, no resolveremos el problema de forma sencilla, pero te apoyaremos en todo momento y te cuidaremos— añadió con un tono de culpa.

—Lo siento mucho, no quería preocuparlos— dijo la chica bajando la mirada hacia sus manos.

—Bueno...no te preocupes, ya pasó— el ojiverde sonríe levemente y toma una de sus manos.

—Le diré al doctor que ya despertaste, ahora vuelvo, querida— dijo Janeth dirigiéndose a su hija— Cuídala por mí, joven— voltea hacia el chico y le sonríe.

Este le asiente con una sonrisa y la mujer sale de la habitación, en busca del doctor.

—Casi ocurrió un accidente cuando venía— dijo Eren entre risas, dirigiéndose a la chica— Sentía como volaba en el coche por la velocidad a la que iba— añadió.

—No inventes— Grace abrió sus ojos como platos— Eren, debes tener más cuidado, no me gustaría enterarme que te sucedió algo por mi culpa— reafirmó con un tono de culpabilidad.

—Estaba preocupado por tí— opinó tomando asiento a su lado— Eres...eres muy importante— sostuvo su mano y la miró a los ojos.

La rubia le devolvió la mirada— ¿Por qué...lo crees?— pregunta de forma tranquila.

—Digamos que eres la segunda mujer en mirarme de esa forma— respondió bajando la mirada.

—¿Qué forma?

— Cariño, empatía, dulzura— mencionó— La primera en mirarme así, fue mi madre en su tiempo, y la segunda...ahora eres tú— añadió.

Ella se mantiene callada.

—La verdad, no es algo que deba hablarse en un hospital, por eso...cuando mejores, te lo contaré todo, ¿sí?— la rubia asiente y este deposita un pequeño beso en su frente— Por el momento, me mantendré a tu lado hasta que llegue el día— sonríe el ojiverde, a lo que Grace asiente con una leve sonrisa.

Grace Zaharie.

Después de un mes en el hospital, a cuidados de Eren y de mi madre, finalmente me dieron de alta; el ojiverde me llevó en su auto hacia un parque el cual estaba muy calmado, ahí nos quedamos para pasar el rato.

—¿Quieres helado, refresco?— pregunta el castaño caminando junto a mí.

—Por el momento no. Gracias, Eren— sonreí y proseguí a sentarme en una banca bajo la sombra.

—De acuerdo, de acuerdo— ríe por lo bajo y se sienta a mi lado— ¿Recuerdas lo que te dije aquel día en el hospital?— se dirige a mí con una mirada un poco más seria.

—Sip, que no era apropiado hablarlo allí, y prometiste estar a mi lado hasta que llegara el día— respondí, intentando recordar sus palabras exactas.

—Correcto. Buena memoria, Gracy— ambos reímos un poco ante su comentario.

En ese instante se levantó del asiento, me trajo un poco confusa por sus acciones, sin embargo, se paró frente a mí y se agachó mientras mantenía sus manos sobre mis rodillas para evitar perder el equilibrio, no apartaba su mirada de mi persona, ni por un segundo.

—Sé que sonará un poco repentino, pero me gustaría que te enteres justo ahora, por si no lo sabías— sostuvo mis manos delicadamente y las miraba— Recuerdo el día que los conocimos...me di cuenta en ese momento que era tu primer día de clases en la uni, no conocías a nadie y yo no te conocía, nunca te había visto antes. Sin embargo, cuando te ví por primera vez en el salón de música, mis ojos se cautivaron por tu belleza y mi corazón latía con fuerza, deseando con ansias salir de mi pecho— explicaba con una sonrisa, y alzó su mirada, conectándose con la mía.

Sentí mi corazón acelerarse poco a poco debido a los nervios que se apoderaban de mí a medida que pasaban los segundos.
Me fijé en el brillo de sus ojos, el brillo que siempre ha permanecido desde el momento que nos conocimos, justo ahora me he fijado en ello, en la forma en que me miraba.

—No suelo demostrar con frecuencia mis sentimientos, soy demasiado reservado...y serio. Pero cuando no hay nadie a mi alrededor y pienso en tí, no paro de sonreír. E incluso he compuesto canciones con mi guitarra, todas dedicadas a tí, realmente contigo soy distinto, Grace— me dedica una tierna sonrisa y baja la mirada algo apenado.

Esbocé una sonrisa ante sus palabras mientras acariciaba con delicadeza sus dedos.
Mi corazón latía con fuerza, en parte me sentía mareada; es posible que en cualquier momento me desmaye. Sin embargo, aguanté con todas mis fuerzas para escuchar a Eren.

Realmente, su dulzura y ternunura son
las cualidades más bellas
que me conquistaron.

—¿Qué clase de hechizo sale de tus ojos y crea una cadena en mí, la cual me lleva hacia tí todo enamorado?—se preguntó a sí mismo apoyando su frente en mis rodillas— Grace...realmente estoy enamorado de tí— respiró profundo y levantó su mirada hacia mi persona.

Bajé la cabeza, intentando encontrar las palabras correctas. Me sentía súper emocionada, sin embargo, había una verdad que no me dejaba tranquila, y supongo que era momento de contarle.

—¿Sabes? Nuestros sentimientos son mútuos, Eren— sonreí ante ello— Sin embargo es posible que ambos tengamos el mismo problema— levanté la cabeza para encontrarme con sus ojos esmeralda, los cuales lentamente perdían su dulce brillo por la respuesta que iba a dar, no sabía cómo se lo tomaría.

—¿C-Cuál es?— preguntó algo desilusionado.

—No es nada tan grave, no te preocupes— acaricié sus mejillas— Solo...ambos no nos conocemos bien, supongo que solo sabemos demasiado poco sobre nosotros mismos. Mientras que tú eres alguien que reserva sus emociones y sentimientos; yo, por otro lado, no tengo una buena habilidad social— añadí.

Mientras le explicaba la razón, sus ojos se volvieron a iluminar, esta vez con mucha más emoción que antes.

—Eso es lo de menos, Gracy— sonrió dulcemente— Ambos nos esforzaremos en conocernos mutuamente, y bueno, esperemos a ver qué pasa— añadió acercándose a mi rostro y depositar un cálido beso en mi mejilla.

—Tienes razón— me levanté y lo abracé con delicadeza— Esperemos a ver qué pasa— sonreí.

Estaremos juntos,
hasta que la vida decida por sí sola.

Los lazos del ocaso (Eren x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora