Capítulo 5
La luna llena iluminaba el campamento con un brillo plateado, y el aire fresco de la noche se mezclaba con el olor a fresas que impregnaba todo el lugar. El enorme arco de piedra que marcaba la entrada tenía grabadas las palabras "Campamento Mestizo". Las luces parpadeaban suavemente en las cabañas a lo lejos, dándole al lugar un toque casi mágico.
Percy, Nico y Lissandro me guiaban hacia una enorme casa blanca. Aunque apenas podía ver los detalles a la luz de las antorchas, el lugar parecía sacado de un sueño... o de una pesadilla, si me dejaba llevar por el nerviosismo que me invadía.
-¡No está tan mal como parece! -dijo Alex, mi cuervito, con su tono siempre descarado mientras volaba sobre mi cabeza-. Digo, para un campamento donde posiblemente te maten monstruos.
-Cállate, Alex -murmuré entre dientes, pero no pude evitar sonreír un poco.
Percy soltó una risa, como si hubiera escuchado, y me dio una palmada en el hombro.
-Tranquilo, te acostumbrarás -dijo-. Lo importante es que aquí estarás a salvo... la mayoría del tiempo.
Nico, más sombrío como siempre, frunció el ceño y miró a Alex, que ahora se posaba en mi hombro. El cuervo inclinó la cabeza de lado, como si estuviera evaluándolo.
-No te asustes cuando veas a Quirón -comentó Nico, lanzándome una rápida mirada de advertencia-. Y dile a tu pájaro que tenga un poco de respeto.
-¿Respeto? ¡Por favor! Soy un cuervo de clase, niño de Hades -respondió Alex con una risa burlona-. Aunque debo admitir que me gusta tu estilo oscuro.
-Me alegra que alguien lo aprecie -contestó Nico, rodando los ojos.
Subimos los escalones de la Casa Grande, las sombras de la noche envolviéndonos. Cuando llegamos a la puerta, esta se abrió suavemente, y nos recibió el cálido resplandor de un hogar encendido. Todo era más tranquilo en comparación con el bullicio afuera.
-Quirón está arriba -dijo Lissandro, señalando la escalera.
A medida que subíamos, mi corazón latía con fuerza, los nervios volvían a apoderarse de mí. "¿Qué clase de persona era Quirón?", me pregunté. Bueno, pronto lo averiguaría.
Cuando llegamos a la habitación en lo alto, una voz calmada y profunda nos dio la bienvenida.
-Pasen, jóvenes.
Percy empujó la puerta, y ahí estaba: un hombre con una expresión tranquila, vestido con una camisa de cuadros. Pero lo más impactante era que, de la cintura para abajo, su cuerpo no era humano... era el de un caballo.
Alex, como siempre, no pudo guardarse su opinión.
-¡Oh, vaya! Esto es oro puro. Literalmente, medio caballo, medio hombre. ¿Cómo llamas a esto? ¡Un Caballón! -El cuervo soltó una carcajada, claramente deleitado.
Quirón sonrió con paciencia, como si hubiera escuchado ese tipo de bromas mil veces antes.
-Bienvenido al Campamento Mestizo, Oribell -dijo, ignorando el comentario de Alex-. Estoy seguro de que tienes muchas preguntas, y espero poder darte algunas respuestas.
Me senté en uno de los sillones que había en la sala, y aunque estaba algo tenso, intenté mantener la calma. Mis manos no dejaban de moverse, frotando mis dedos, mientras Alex se acicalaba en mi hombro, claramente encantado de ser el centro de atención.
-Tu llegada aquí no es una simple coincidencia -dijo Quirón, mirándome con esos ojos sabios que parecían ver más allá de lo obvio-. Estás vinculado a algo mucho más grande, algo que tiene que ver con el mundo de los sueños y las profecías.
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𝑶𝒓𝒊𝒃𝒆𝒍𝒍 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆 𝒚 𝒍𝒂 𝒂𝒓𝒆𝒏𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒍𝒆𝒕𝒂𝒓𝒈𝒐 #1
ФанфикA sus dieciséis años, Oribell Prince Park ha llevado una vida aparentemente normal en Nueva York, pero todo cambia cuando descubre su verdadero linaje como semidios, hijo de Morfeo, el dios onírico. Después de que Morfeo se ve obligado a dejar el mu...