Sweet alpha (2)

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Nayeon se había levantado como siempre, tarde, la Omega era demasiado dormilona, incluso podía dormir casi quince horas seguidas.

—Buenos días papás.—Dijo la Omega tomando una de las tostadas.

—Buenos días, pequeña.—Dijeron el Alfa y el Omega al unisono.

—Voy tarde, nos vemos más al rato, los amo.—Nayeon tomó su mochila y salió de su casa.

Sus padres se miraron cómplices, sabían que su única cachorra era toda una dormilona y descuidada.

—¿Hoy no te tocaba despertar a Nay, Jinyoung?—Dijo el Alfa mirando a su Omega.

—Jaebeom, fui y la desperté cómo tres veces, no reaccionaba así que dejé que siempre pasara lo que pasa todos los días.—Dijo el Omega haciendo un puchero.

—Está bien, te amo, corazón.—Dijo el Alfa dándole un beso al Omega en la mejilla.

—Y yo a ti, Alfa.

Im Jaebeom y Park Jinyoung eran los padres de aquella Omega dormilona, ambos amaban mucho a su pequeña hija aunque se la pasara durmiendo todos los días.

...

Tzuyu había comprado un ramo de rosas rosadas, sí, a Nayeon le encantaban las rosas, pero más si eran de color rosa.

—Estoy segura que estas le gustarán a mi linda Omega.—Dijo Tzuyu caminando con el ramo de flores en su mano.

Antes de entrar al instituto, fuera o no fuera tarde, siempre se veían antes en un pequeño callejón, dónde ambas se iban a ver o necesitaban del aroma de la otra, se veían ahí y estaban un ratito juntas.

Aún no se sentían listas para exponer el cortejo, Tzuyu sabía que Nayeon era una de las Omegas más codiciadas entre los Alfas, su aroma era único y adictivo, tenía un cuerpo que haría a cualquier alfa delirar, era perfecta.

Era tan perfecta que Tzuyu sentía mariposas revoloteando en su estómago cuando veía la hermosa sonrisa de la Omega.

Tzuyu creía que sus oportunidades con aquella hermosa Omega estaban muertas, pero no era así, Nayeon desde que vio a Tzuyu cómo una estudiante nueva, deseó y anheló que ella le pidiera cortejo.

A ambas se les cumplía su sueño, tenerse mutuamente, claro, todo a su debido tiempo, pero ambas sentían sus pancitas llenas de mariposas cuando veían lo hermosas que eran antes sus ojos.

Por fin habían llegado, Tzuyu sabía que la Omega era muy dormilona -por eso su parada en la floristería- así que se había demorado un poco o eso creía.

Ambas habían llegado al mismo tiempo, Tzuyu viendo la radiante sonrisa de Nayeon, y Nayeon viendo el hermoso rostro de Tzuyu.

—Hola cariño—Dijo Tzuyu viendo a la Omega, ambas sonrojadas.

—Hola, Tzu.—Dijo Nayeon nerviosa.

Nayeon se sintió culpable al no traerle algún detalle a Tzuyu, sabía que aquellas rosas en las manos de la Alfa eran para ella, ¿Pero, de qué serviría si Nayeon no le trajo nada?

—Son para ti, cariño.—Dijo Tzuyu estirando sus brazos y entregando el ramo de rosas a la Omega.

Nayeon las recibió y las olfateó, amaba el aroma a rosas frescas, aunque debía ponerlas en agua si no quería que se marchitaran.

—Gracias, Tzu.—Dijo la Omega sonrojada.

—Perdón, tal vez no pueda regalarte cosas tan caras como un collar de diamantes o anillos de oro puro, pero estos pequeños detalles son todo lo que puedo ofrecerte.—Dijo Tzuyu cabizbaja.

A Nayeon se le partió el corazón, esa Alfa era la mejor de todas y no tenía que disculparse por eso.

—Tzu, adoro y amo estos detalles que tú me das, no necesito oro ni diamantes para ser feliz, lo único que necesito es saber que la Alfa me va a proteger y amar.—Nayeon se acercó y mientras sostenía con una mano el ramo de rosas, con la otra tomó la mejilla de Tzuyu.

—Tzuyu, soy yo la que debe pedir perdón, no te traje nada.—Dijo Nayeon dando un suspiro acompañado de una sonrisa cálida.

—No cariño, tan solo poder verte y abrazarte es todo lo que necesito, te doy esos detalles porque soy yo la que inició el cortejo, y soy yo quién quiere consentir a la bella Omega que los Dioses han mandado a mi ser.—Dijo Tzuyu dejando caer su cabeza en la suave palma de la mano de la Omega.

A pesar de no ser nada tan oficial, ambas sentían que no necesitaban de las palabras para saber que ambas se amaban.

Tenían algo muy en claro en toda esta situación, Im Nayeon es la Omega de Chou Tzuyu, y Chou Tzuyu es la Alfa de Im Nayeon.

Entre ellas sabían de la hermosa relación que había, aunque por el momento solo era de cortejo.

Tanto los padres de Tzuyu como los padres de Nayeon estaban enterados sobre el lazo que unía a ambas, de hecho, Tzuyu y Nayeon habían organizado una cena para que ambas familias se conocieran.

En la cena habían hablado de varias cosas, las actitudes de sus hijas cuando estaban juntas y demás cosas que vieron en la pareja y en el cambio que tuvieron cuando iniciaron la etapa de cortejo.

Los padres de Nayeon le dieron su aprobación a Tzuyu, mientras que los padres de Tzuyu le dieron la bienvenida a la Omega a la familia Chou.

Ambas querían crecer más, casarse, tener sus cachorritos y su nidito de amor, eso era lo que querían Im Nayeon y Chou Tzuyu.

Sweet alpha // Natzu [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora