Capítulo 15

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Miro mi reflejo en el espejo y esta noche he optado por el color rojo

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Miro mi reflejo en el espejo y esta noche he optado por el color rojo. El vestido deja nada y mucho a la imaginación por su corte. Mis pechos apretados en el escote lo hacen sobresalir a pesar de no ser muy grandes. Mi cabello cayendo totalmente liso sin dejar una sola onda, el maquillaje, bueno, ahí sí que me lucí. Le dediqué muchísimo tiempo, pero ha valido totalmente la pena porque mis ojos se ven más rasgados y seductores, mis labios parecen una fantasía y ni qué decir del aspecto que tiene todo mi rostro.

Soy lo que todo hombre mirará esta noche.

Giro a mirar la parte trasera, todo está fríamente en su lugar. Me guiño un ojo y me tomo una foto de cuerpo completo y luego otra mordiendo mi labio inferior. El rojo que los adorna podría infartar a cierto hombre del que no he sabido nada desde el día en que le di una mamada en ese baño. Supongo que su señora estuvo algo pesada, pero ese viene siendo un problema de él en el que no pienso involucrarme.

Al finalizar de analizarme me guiño un ojo y suspiro para luego tomar mis cosas y bajar a la primera planta. Esta noche estoy sola ya que mis tíos tienen una de sus escapadas de casados. Siempre están haciendo cosas nuevas, así que nunca me sorprendo con las ideas que le llegan, pero igual le doy un aviso a mi tía de que saldré en caso de llegar no se preocupe, solo que le miento en el lugar al que iré.

Cuando el mensaje que espero llega, salgo encontrándome con Sango fumándose un cigarrillo con un vestido ajustado adornándole el cuerpo. Si no me gustaran tanto los hombres, creo que Sango sería mi chica ideal en cuanto a lo físico, porque la maldita podría pararle el pene o las tetas a alguien con solo pasarle por el lado.

Ella me sonríe mostrándome su lado descarado, me acerco y le arrebato el cigarro dándole una fuerte calada y luego lanzándole el humo al rostro.

—Mi hermano nos hará de conductor, no tengo ganas de lidiar con coches ebria—asiento en comprensión y no me molesto en abrir la puerta de la parte delantera, abro la puerta de atrás entrando al coche. Su hermano está mirando unas fotografías en su teléfono, que pronto me doy cuenta que es él está mirando porno o unas fotos de chicas desnudas en su teléfono.

—¿Estás viendo porno?—le cuestiono a lo que él apaga el teléfono de inmediato.

—No, es mi novia, se supone que no debías ver eso—habla a lo que me encojo de hombros y me acerco besándole la mejilla, dejando parte de mi labial en ese lugar.

—Espero que a tu novia no le moleste que andes conmigo—él se ríe cuando Sango entra al coche.

—No es una mujer celosa, además, ni loco saldría contigo, estás loca. Ninguna amiga de Sango es una mujer normal—su hermana solo rueda los ojos y luego Kohaku gira a mirarme, quedando cerca de mi rostro—me da gusto verte Higurashi, espero que las cosas hayan mejorado para ti—asiento con calma.

—Todo está en su lugar—es lo que respondo volviendo a mi lugar. Él enciende el coche y sale de mi casa.

Kohaku es menor que Sango por dos años, pero siempre ha sido cercano a nosotras. Puedo decir que no era desagradable de más joven y por lo que veo, ahora está todo un hombre que a la vista es una delicia. El que Sango esté con él esta noche me hace saber que es posible que la novia de Kohaku esté en el lugar al que iremos. En el camino solo se escucha Doja Cat y Kohaku se la pasa cantando a todo pulmón al igual que su hermana.

Deseo InmoralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora