37- una decisión.

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Ran.
Pasaron muchas cosas en un mismo día, entre ellos una discusión con Sanzu entre otras cosas. Estaba en calma cuando comenzaron a escucharse voces a lo lejos, no de distinguía nada, pero a medida que los segundos pasaban, las voces eran cada vez más suertes y comenzaba a distinguir lo que decían, una voz me sonaba familiar y fue entonces que entraron y pude ver ese cabello de penca de plátano entrar por la puerta.

Hanma: que casualidad… -dijo al verme-. Justamente estábamos hablando de tí, cosas buenas, cosas buenas -trato de aclarar como si lo estuviera amenazando. Comenzó a ver alrededor, explorando con la mirada cada rincón-. Uffff esto está mejor que las tetas…

Lo mire con más que confusión, que comentario de mal gusto y vulgar.

Hanma: ahhh por cierto ¿No tendrán un encendedor? Quiero firmar.

Hec: lo siento señor, aquí no se puede fumar -Hanma con la misma sonrisa con la que llegó volteo a ver a Hec, quien al ver su rostro sonriente se estremeció, no solo porque era siniestro, si no porque la altura era imponente, Hec a penas llega a 1.75, Hanma mide alrededor 1.90 y algo.

Hanma: eso no fue lo que pregunté.

— te dió la respuesta, pedazo de analfabeto. -me volteo a ver-. Si aquí no se puede fumar ¿Crees que habría entendedores? -le pregunté con un tono lento y sarcástico, como si le estuviera explicando a un niño de 4 años.

Hanma: ¿Desde cuándo te salieron tantos huevos? -camino hacia mi.

— Siempre han estado en el mismo lugar, no soy Kisaki. -le sonreí con malicia, algo en el fondo siempre me dijo que este cabrón, ama a Kisaki o al menos Kisaki es una fibra sensible y acerté, observé cómo su cara cambiaba a un rostro molestó en cuestión de segundos, lo que me llevó a continuar-. A mí no me caen como a tu perra.

Me tomó del cuello de mi camisa y me comenzó a mover de un lado al otro con algo de dificultad por mi resistencia, hasta que me estampó en una pared cercana.

Hanma: repórtelo y te voy a…

Kakucho: ¿Así vas a pesar tu primer día? -una voz seria y tranquila se escuchó a un costado de nosotros, volteamos y lo vimos sosteniendo papales-. Si Mikey ve esto, te aseguro que al que matará serás tú, Hanma, mejor controlarte ¿Quieres? A mí no me gusta estar criando a niños.

Hanma me dió un último vistazo con odio, si sus ojos fuesen escopetas, diría que me dió un buen tiro, finalmente me soltó, no sin antes darme un último empujón y estampar contra la pared una última vez, pero esta vez solo fue un golpecito. Se fue notoriamente enojado, después de que cruzó la puerta voltee a ver a Kakucho.

— ¿Que esa está perra aquí?

Kakucho: aquí trabaja… ¿No Kokonoi? -koko lo volteo a vernos al igual que nosotros, mostró el dedo de enmedio para después seguir con lo suyo.

— no seas idiota, te estoy hablando de la perrita de Kisaki.

Kakucho: ¿No te avisaron? -mi silencio respondió a su pregunta, en respuesta a ello, suspiro-. Es el nuevo distribuidor.

— ¿Qué? -hice una pausa antes de continuar—. Los distribuidores de Bonten, somos Sanzu, Rindo y yo ¿Por qué chingados está ese imbécil en nuestro puesto?.

Kakucho: no me levantes la voz. -se enderezó, poniéndose firme ante mi-. Las órdenes no las doy yo, las da Kokonoi y Mikey, yo las acató.

— ¿Y por qué lo haces? Sabes perfectamente que solo nosotros tres podemos…

Kakucho: ¡Cállate! -me interrumpió y después de unos segundos, frunció el ceño aún más-. Cuida bien por dónde pisas, Ran. -susurro-. Se que _____ espera un lindo bebé toyo. -abrí los ojos pero su información me desagrada-. Será una niña ¿No? -apreté los dientes-. Más te vale que dejes esto por la paz, antes de que Mikey se entere. Ya diste la información, ahora alejate.

VIOLET EYES [RAN HAITANI] (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora