★El álbum de fotos (SatoSugu/SuguSato) ★

Capítulo VIII: Hasta mañana

Abrió los ojos, no sabía la hora, pero sentía peso en su brazo izquierdo.
En cuanto volteó, pudo observar la cabellera blanca de Satoru.
Sonrió y juntó más al peliblanco hacia su cuerpo, para poderlo envolver por completo entre sus brazos.
Apoyó su cabeza en la del albino y cerró los ojos otro poco, pero no logró conciliar el sueño.
Sintió como el abrazo fue correspondido y empezaron unas caricias en su espalda.

—No te vayas...— La voz de Gojo se escuchaba amortiguada por el acercamiento de su boca al pecho de Suguru.

—¿Lo dices enserio?

—Dejame, no me abraces.— El ojiazul se separó del cuerpo de Geto y se sentó en la cama, dándole la espalda.
Suguru aún acostado se quedó pensando "¿Y ese cambio de humor tan repentino?".

—Pero si hace menos de 10 segundos me dijiste que no me fuera.

—Seguro que estaba dormido— Miente, sabe que lo dijo.

—Te creo.— No le cree —¿Qué soñabas?

—No lo sé

Geto observó la espalda al descubierto de Satoru, que sintió la mirada.

—¿Qué me ves?, te gusto, ¿O que?

"Si"—No, que asquito.

—Entonces, ¿qué tanto miras?

—Que ya deberías ponerte ropa.

—Salte de mi cuarto.

—Te estoy viendo como dios te mandó al mundo y me sales con eso.— Suguru se levantó de la cama y salió del lugar.

Se sentó recargando su peso en la puerta cerrada de la habitación del albino.
Agarró su celular para ver la hora; eran 3:40.

¿Le dará tiempo de contarle?

Se metió al contacto de su mejor amiga y le mandó un mensaje.

"¡Oye!, te necesito contar algo que acabo de hacer, pero antes, pásame las fotos que sacaste el dia de hoy."

Apagó su celular en espera de la contestación de Ieiri.

—Ya pasate.— se escuchó la voz de Satoru al otro lado de la puerta.

Suguru se levantó y abrió la puerta. Pudo observar a su mejor amigo sentado en la cama. Su atuendo era un pantalón entubado de mezclilla y el suéter negro de cuello alto y mangas largas.

Geto sonrió y fue a sentarse al lado del ojiazul.

—Pasame lo que hicieron hoy en las clases en las que me quedé dormido.

—Dejé mi mochila abajo.

—Entonces después.

Geto asintió y sacó su celular. Shoko aún no contestaba.

El silencio invadió la habitación de Gojo por unos segundos.

—¿Cómo te sientes?— Habló el azabache volteando a ver a su mejor amigo.

—Bien, pero con dolor.

El celular de Suguru hizo ruido, pero lo ignoró.

—¿No vas a ver lo que te mandaron?

-Si, pero después.

—Dentro de poco te vas, ¿no?, vamos abajo.— el peliblanco habló mientras se levantaba de la cama.

—¿Me estás corriendo? ¿Quieres que me vaya?— dijo, con tristeza fingida en su tono de voz.

—Me quiero dormir.