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Fang era un trabajador de un nuevo local de pizzas en el Starr, había entrado solo por un corto tiempo. Su cargo era solamente de entregas, había pasado todo el día entregando por lo cual ya estaba algo cansado.
Tenía una entrega más y con eso daba fin a su turno para obtener una pequeña hora de comida. Vió la dirección nuevamente, la calle se le hacía conocida y sonada. Cuando llegó vió la casa, la casa de Byron, el famoso doctor. Entendió.

Tocó la puerta de la casa, unos minutos después salió un chico más bajito que él, vestido como un emo.

Ah.. buenas tardes, pizza para.. Edgar? — Habló Fang mientras revisaba su celular para no equivocarse de nombre.

Sí, soy yo — El emo respondió y Fang le miró de reojo. Estuvo apunto de entregarle la pizza, hasta que le escuchó hablar — Solo que.. No tengo dinero.

Fang le miró en silencio. No sabía si estaba bromeando o algo, se hizo un poco hacía atrás y miró el exterior de la casa. Enserio alguien como él no tenía dinero.. o estaba robando la casa?

No supo que decir. Los dos se quedaron en silencio, hasta que segundos después habló Edgar.

Puedo pagarte de otra forma — Habló algo nervioso, rascandose la nuca. Fang se sorprendió por la repentina propuesta.

Edgar supuso que iba a negarse y decirle rarito, o algo así.

Claro — Contestó Fang sin rodeos.

Ahora el sorprendido era Edgar.

Tomó el brazo de Fang y lo adentró a la casa, dejaron la caja sobre la mesa y Fang se acercó a Edgar. Era la primera vez que le pasaba esto, si hubo varios clientes que le decían que no tenía dinero para acercarse a él, pero los rechazaba porque normalmente eran chicas que a decir verdad, no estaba interesado en ellas. En comparación, el emo le parecía atractivo.

Agachó un poco la cabeza y lo miró directamente a los ojos, trataba de mostrarse serio pero en realidad se moría por dentro de la vergüenza.

Tomó la iniciativa, se acercó al rostro de Edgar y lo besó. El emo correspondió e hizo caminar de espaldas a Fang hacía el sillón, lo sentó y él se sentó arriba de él.

Fang le miró de arriba a abajo, con algo de timidez comenzó a desnudarlo con deseo de verlo. Edgar no se resistió, de un momento a otro tenía el torso descubierto, la mirada de Fang nuevamente no faltó. Aunque quiso ser más atrevido, volvió a besar su boca pero después fue bajando hacía su cuello donde también besó, no tardó mucho para que su cara se encontrara sobre tu torso.

Le dedicaba besos y algunas lamidas que hacían suspirar a Edgar. Era la primera vez que sentía algo así, supuso que Fang ya estaba experimentando por sus acciones tan acertadas.

Se detuvo, Fang se sacó el uniforme para que estuvieran iguales y Edgar no se incomodara.

Le miró el torso descubierto, uno bien formado por las artes marciales que practicaba Fang en su tiempo libre. El emo no pudo evitar acercarse a su cuello y también darle besos. Pero se sobrepasó, chupeteó aquel cuello pálido, eran totalmente visibles. Fang no dijo nada debido al calor que comenzaba a sentir en su cuerpo, su cuello era la parte más sensible.

Se desesperó y tomó a Edgar, recostadolo en el sillón, él estaba encima del emo en medio de sus piernas.

Comienzo a pensar que el dinero fue una excusa — Habló ronco Fang mientras lo tomaba de la cadera.

Y acertó. Obviamente Edgar tenía dinero de sobra, había estado llamando a la pizzería 2 veces a la semana solo para toparse con Fang.. y esta vez tuvo suerte.

Pizza para Edgar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora