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Los primeros días eran horribles, de verdad ¿a quién se le ocurrió casar a la fuerza a dos hombres siendo uno heterosexual? definitivamente merecía el título de la persona más tonta. Bueno, los causantes de todo esto fueron los papás de ambos.

Hubo un contrato firmado por todos los involucrados, reglas básicas aparecían en el documento y aquí van algunas de ellas.

1. No salir con alguien más.
2. No comentar sobre el trato con nadie más.
3. No salir de fiesta.
4. No dormir en otra casa que no fuera la suya.
5. No meter a terceros en el contrato.
6. Al cabo de los 6 meses Seokmin se quedará con la casa.

Después de que todo quedara en orden los señores Lee les entregaron millones de dólares a los Hong que en el transcurso de esos meses ellos debían devolver.

Evidentemente la que más le dolió a Seokmin fue la regla número 3, él necesitaba salir y desestresarse por la tensión acumulada de cada semana, ¿qué pasaría con las nuevas personas que le faltaban besar?. Le iban a quitar el título del "alma de la fiesta".

Maldito Joshua Hong me jodiste la vida. Ese pensamiento abundó en su mente desde que su papá lo comprometió.

Seokmin estaba decidido a buscar una manera de que Joshua se cansara de él aunque fuera complicado porque vamos, nadie se podría cansar de Lee, siempre sería un delirio estar con él y más aún vivir juntos. Ese Joshua era afortunado.

El menor actuaba de manera torpe, haciendo cosas que sabía muy bien que el otro odiaba como quemar adrede su pan de desayuno, no dejarlo concentrar cuando hacía su tarea, incluso estar de mal tercio cuando estaba con Saerom en la universidad.

Era infantil, sí.

Joshua estaba aguantando lo más que podía, sinceramente no entendía como alguien podría estar con alguien tan estúpido, infantil, caprichoso, hipócrita y feo como el menor. Aún así nunca lo contradijo, siempre buscó las palabras correctas para que el menor no se "ofendiera", estaba dando su todo para soportar y apenas iban 5 días. Por más broma que pareciera sentía que una vena de la frente sobresalía más desde que se mudó a esa casa.

Las cosas con Saerom iban muy bien, de ella jamás se iba a aburrir, porque era la chica más linda, comprensiva, inteligente y positiva que existía, tenía todo lo que a Joshua le gustaba y su vida estaba resuelta con ella a su lado. Claro, si su papá no hubiera sido tan tonto como para no vigilar lo que sus empleados hacían.

Al sexto día el mayor se dio cuenta que aunque Seokmin decía que no le gustaba que lo contradijeran podía tenerlo algo controlado cuando le levantaba la voz o posiblemente todo se debía a la culpa que sentía el menor en ese momento y es que Joshua no entendía cómo diablos Seokmin le había prendido fuego a la lavadora dejando totalmente inservible la zona.

Ese día por más raro que suene al más alto se le había activado el lado protector pues cuando vio humo salir de la lavandería corrió hasta el menor y lo abrazó, ya después lo regañó y Seokmin solo escuchaba lo que el otro le reclamaba. No quería, de verdad no quería demostrarle esa faceta a Lee pero desde que Saerom le había hecho ver que sus papás le controlaban la vida él solía preocuparse mucho por los demás, por lo que hacían y lo que les sucedía, digamos que muchas veces Joshua priorizaba el bienestar de los otros, es por eso que en ese momento debía asegurarse que Lee estúpido Seokmin estuviera a salvo y al ver que así era sintió tranquilidad.

Nunca nadie había abrazado al pequeño Lee así, sin querer Joshua le había transmitido la preocupación que sintió a través de ese toque. Los papás de Seokmin siempre se la pasaban en su empresa y por tanto se perdieron muchos de los sucesos de la vida de su hijo, su primera palabra, su primera caída, su primer día de escuela, los miedos que sentía por la noche. En ningún momento perfilaron sus papás, siempre había alguien más y ahora sentir el calor de alguien a quien todos lo veían como su pareja removió algo en su interior.

Casados Por 6 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora