MADE IN MEXICO

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TW NSFW CONTENIDO ADULTO.

Sergio llegó a su drivers room sumamente molesto, arrojó sus guantes aún lado y se recostó en el sofá.

No podía creer que todo su esfuerzo se habían ido en segundo por un tonto accidente.

Y todo por culpa de la desesperación de Sainz.

¿Acaso seguía el resentimiento por el asunto de Max?

¿Por el asiento que tanto deseaba?

No lo sabía, pero estaba cansado de todo eso.

Además, ese fin de semana era especial.

No solo porque era en Baku, una de sus pistas favoritas, sino por ser 15 de septiembre.

Pero ya no importa, aunque siguiera molesto y su cuerpo mantenía una tensión enorme desde que bajo del monoplaza.

Escuchó como alguien toco la puerta pero no le hizo caso. No tenía ganas de hablar con alguien en ese momento.

Sin embargo, la puerta se abrió y Max apareció para entrar sin permiso de nadie. Cerrando tras de sí y poniendo el seguro.

—Max, no quiero hablar con nadie en este momento —Soltó mientras se acomodaba en el sofá y movía la cabeza hacia atrás —Estoy enojado y no me quiero desquitar contigo. No tienes nada que ver en esto.

Max acortó la distancia entre ambos.

—Lo sé, vi tu onboard —El rubio estaba a unos pasos de él —En realidad, la vi un par de veces más.

No mentía.

Cuando vio la forma en como Sergio se levantó y camino hacia el monoplaza de Sainz, Max no pudo evitar sentir como algo se movió en sus pantalones.

—Ese idiota lo arruinó todo —Se quejó sin percatarse lo cerca que estaba su compañero.

Pronto sintió una mano subiendo por su pierna y abrió los ojos solo para encontrarse el azul profundo en la mirada de Max.

—Se que estás enojado, déjame ayudarte.

El rubio sabía lo que hacía. Entendía lo enojado, frustrado y cansado que estaba.

Habían luchado por mejorar el auto y todo se fue en cuestión de segundos.

Pero estaba más que dispuesto a aceptar la sacrificada tarea de complacerlo para mejorar su ánimo.

—¿De que hablas? —El pelinegro observó como la mano del rubio subía desde su rodilla hasta casi llegar su entrepierna.

—Sabes que solo quiero ayudar.

Entonces Max se subió encima suyo, sintiendo su peso en sus caderas.

Sergio solo se recostó en el sofá mientras lo miraba de arriba a abajo, devorando lo con la mirada y acariciando sus muslos con sus manos.

Ambos seguían con sus Nomex puestos, así que la tela se sentía algo asfixiante.

—¿Ayudarme con qué? —El pelinegro no pudo evitar seguirle el juego.

—Dejame librarte de ese enojo que te tiene tan mal —Respondió Max mientras comenzaba a moverse sobre él.

Sergio lo tomo de la cintura, intentando guiar sus movimientos mientras sentía como se ponía duro por el contacto.

El rubio se agachó un poco para poder hablarle al oído y le susurró:

—Te dejaré hacerme lo que quieras.

Esto lo hizo sonreír.

Y pronto sintió como Max le deba su beso en el mentón, buscando relajar su mandíbula apretada de tanto estrés.

THE KING |ONE SHOT|²⁰~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora