🧋 36

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Temeroso por todo y con muchas de sus emociones a flor de piel empezó a leerla, encontrándose con la perfecta caligrafía de Joshua y sólo bastó el primer párrafo para sonreír amargamente.

"Si hace un año alguien me hubiera dicho que estaría haciendo esto seguramente me burlaría hasta el cansancio por una estupidez así.

Pero ahora lo hago, estoy escribiendo esto para contarte algo.

Cuando te conocí supe que ibas a revolver toda mi vida y no sabía la manera en la que lo harías. Todo fue tan rápido que no me di cuenta cuándo fue el momento en el que estaba protegiendote porque no quería que nada te pasara.

Años atrás, el día en que supe de tu existencia tus ojos se me hicieron los más preciosos del mundo, aún eramos niños, pero recuerdo tan bien ese día como si fuera ayer.

Ahora, me dolía tanto la cabeza porque yo juraba ser heterosexual un día y al siguiente necesitaba tanto de ti como no tienes una idea, de tus manos, de tus besos, de tu sonrisa, de tu mirada, de tus caricias, de tus palabras bonitas, de tu esencia y de tu cuerpo.

Muy tarde me di cuenta que eres lo más importante en mi vida, pero ya no podía regresar el tiempo, mis días contigo se estaban agotando y yo te veía tan feliz con Dan que me odié como nunca porque yo era quien quería estar tomando tu mano y ser el dueño de tus pensamientos. Despertar cada madrugada a las 3:48 y darte un beso en esos labios que fácilmente podrían ser mi perdición me hacia sentir que todo era un mal sueño y que tú me despertarías con besos, pero nunca pasó, la pesadilla más grande fue el día en el que te vi alejarte y por más que te gritaba que te quedaras conmigo, no lo hiciste, y creo que esa fue la pesadilla en la que ahora veo que se convirtió en realidad porque por más que quiero que no me dejes, tu corazón ya no tiene lugar para mí.

Cuando supe que ustedes estaban en una relación entendí que ya no habría un mañana para nosotros. Traté de cambiar para bien, pero no soy lo suficientemente bueno para ti.

Gay, heterosexual, bisexual, no sé ni lo que soy, pero estoy convencido de que eres tú a quien quiero.

Hoy acepté mi derrota, el ver todo ese dolor reflejado en esos ojos cafés que tanto me gustan me hizo darme cuenta de la realidad. Después de hoy ya no volveremos a vernos, y no sabes la manera tan degradante que esto se siente, pero quiero que seas feliz y por eso me estoy yendo de tu vida, porque sé que mi presencia solo te hace sufrir y posiblemente soy el más amargo recuerdo de tu corta edad.

Mi niño, sé que encontrarás a alguien que te merezca y te haga muy feliz. Estuve esperando por ti para decirte todo esto pero no llegaste así que quería decírtelo de alguna manera y aunque patéticamente, pero te lo estoy compartiendo.

Seokmin, te estoy dejando en libertad, infinitas gracias por darme los mejores meses de mi vida y enseñarme tanto en tan poco tiempo, a conocerme y especialmente a querer. Mamá me dijo que yo te veía diferente a como lo hacía con mis anteriores novias, pero solo hay una razón.

Lo que sentí por ellas no es ni la milésima parte de todo lo que siento por ti.

Perdóname por todo y hasta siempre mi amor.

El chico más estúpido de todos,
Joshua.

Te amo"

Su historia melodramática estaba culminando así, con dos chicos idiotas que solo se hicieron daño mutuamente por no poder expresar sus sentimientos adecuadamente y dos corazones rotos.

No.

Seokmin no iba a dejar que se terminara de esa manera así que corrió hacia el jardín donde sabía que a Joshua le gustaba pasar el tiempo, pero no había rastro de él. Así que emprendió búsqueda hacia la casa de los Hong, posiblemente estaría ahí.

En el camino muchísimos recuerdos vinieron a su mente como ráfaga, momentos buenos y malos que vivieron juntos. Sí, él había dicho que después de acostarse ya no iba a rogar más por su cariño, él mismo dijo que le daría tiempo para pensar las cosas pero terminó dándole alrededor de 4 o 5 horas, se sintió tan estúpido por eso porque como le dijo Mingyu, Joshua todo el tiempo había vivido como alguien heterosexual y sabía que el proceso de aceptación era largo. Sin embargo el castaño en esas pocas horas se decidió por el bienestar de Seokmin a pesar de tener que reprimir lo que sentía.

Ahora todo tenía sentido, las miradas tristes de Joshua, el cómo se veía que no quería terminar su relación ahí, el cómo se preocupaba por él porque ese día que Mingyu le dio su abrigo sabía perfectamente que era del castaño, tenía su perfume. Nunca se había arrepentido tanto de sus acciones y palabras porque ver su casa sin Joshua le hacía imposible inclusive hasta el hecho de respirar.

Porque sí, ahora Joshua era su todo y siempre fue así.

Mientras iba procesando todo las lágrimas caían por su blanquecino rostro ante la mirada preocupada del señor Park, él sabía aunque externamente todo lo que ese par estaba viviendo y desde el fondo de su corazón deseaba que ellos tuvieran un buen final.

Por eso condujo con rapidez a la mansión de sus jefes, sabía que el tiempo era vital pues minutos atrás uno de sus compañeros le comentó que el señor Hong le había indicado ir al aeropuerto.

Apenas el auto se aparcó, Seokmin salió corriendo con dirección a la entrada, llamó a la puerta y en el momento que le abrieron entró rápidamente, corrió por todos los lugares, incluso fue al cuarto que sabía era de Joshua, pero no había nada suyo, ni siquiera las maletas que llevó el mayor a su casa el día que se casaron. Una de las trabajadoras le dijo que escuchó que estaba toda la familia Hong en su empresa, así que sin esperar algo le indicó a su chófer ir hacia allá.

Al estar frente al edificio de quién sabe cuántos pisos entró y subió hasta el último de ellos. Salió del elevador y fue hasta la chica que trabajaba de recepcionista.

- ¿Dónde está? - preguntó todo agitado.

- Buenos días joven ¿a quién busca?

- A mi esposo, Joshua - sintió algo cálido al pronunciar esas palabras.

- El joven Hong no se encuentra.

- Él está casado conmigo así que dile señor por favor - la chica solo lo miraba con algo de miedo - ahora dime dónde mierda está.

- Fue al aeropuerto pero dijo que

Seokmin ya no puso atención en la oración que decía la joven rubia cuando salió con mucha prisa para decirle al señor Park que condujera hasta el aeropuerto como si su vida dependiera de ello.

Los minutos pasaban y parecía que nunca llegarían al lugar pues había un atasco de coches en el camino. Cada vez veía más lejana la posibilidad de alcanzar a Joshua y por lo menos pedirle disculpas por todo lo que había dicho en su última conversación, o bueno, los gritos de Seokmin.

Le marcó insistentemente pero al parecer su teléfono estaba ocupado pues no le atendía ninguna llamada. Su mente se estaba nublando tratando de pensar bien en las cosas, pero simplemente no podía, el tiempo para él se agotaba.

El tiempo de una posible reconciliación se estaba acabando.

Cuando llegó al aeropuerto no sabía dónde buscarlo, el maldito lugar era enorme, fue hasta donde escuchó que saldrían los vuelos a Francia, pero no vio nada, caminó por los grandes pasillos ante la mirada atenta de todos los pasajeros y trabajadores pues sus prendas carísimas acaparaba la atención por donde él pasaba y en parte lo agradecería, porque eso le abría paso y tenía mayor movimiento en el lugar.

No hubo rincón del aeropuerto al que no fuera y sinceramente se había tardado muchos minutos en recorrer cada esquina, las llamadas simplemente no eran aceptadas y eso le frustraba de sobremanera. Solo faltaba un sitio al cuál ir y sin dudar corrió hasta allá. Una de las salas de espera.

Y sí, al llegar lo vio con su tan característica manera de vestir, tan lindo incluso de lejos, quería correr hasta él y que la vida fuera quien decidiera lo que saldría de esa plática.

Dio unos pasos, pero algo hizo que se detuviera de golpe y sus ojos comenzaron a picar mientras poco a poco caía de rodillas tomando con ambas manos su cabeza.

Joshua no estaba sólo.

Joshua estaba en la sala de espera con Saerom y sus maletas.

Casados Por 6 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora