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¿Ese era el fin para ambos?, la respuesta es un doloroso sí.

El castaño estaba con Saerom esperando el siguiente vuelo, recordando todo lo que pasó en ese día y como había salido para siempre de la vida de Seokmin.

- Te ves horrible - la chica empezó a sonreír.

- Ya sabes por qué - y no mintió, en el camino al aeropuerto le había contando lo que había pasado.

- Todo va a estar bien, tranquilo - Saerom pasó una de sus manos por su espalda para tratar de reconfortarlo.

- Joshua - un grito a unos metros de ellos hizo que ambos voltearan a buscar al dueño de esa voz.

Era un chico alto, delgado y hermoso, era como un ángel.

- Seokmin - el más alto dijo apenas en un susurro.

- ¿A dónde mierda crees que vas? corrí más que nunca en mi maldita vida.

El menor estaba agitado después de tomar la decisión de intentarlo una vez más y correr hacia donde estaban ellos dos. Quiso acercarse pero Joshua dio dos pasos hacia atrás como si no creyera tenerlo ahí de nuevo y todos los pasajeros solo veían con curiosidad la escena.

- No te acerques Seokmin - le dijo con tanto miedo en su voz mientras tapaba con sus manos sus oídos.

- Joshua escúchame.

- No quiero.

- Joshua maldita sea.

- No, ya no quiero escuchar de nuevo que me odias - ese lunar bajo el ojo empezaba a cubrirse de lágrimas.

- Joshua escúchame - el mayor al ver que el contrario empezaba a llorar destapó poco a poco sus oídos para escuchar atentamente - ¿quieres intentarlo conmigo una vez más?

El rostro del mayor dejó de ser cubierto por las gotas que descendían de sus ojos y ahora solo había sorpresa emanando de él. Nadie decía nada, hasta que Saerom se puso a su lado y le dio un apretón de manos llamándolo a tierra nuevamente.

- Ya es momento Joshua - sonrió tan cálidamente, como el menor nunca la había visto.

Por la sonrisa que le dio el castaño a la rubia sabía que todo estaba perdido así que solo atinó a bajar la cabeza mientras lloraba con más intensidad.

Seokmin había perdido a Joshua.

- No llores mi vida, pero no puedo hacerlo, ya no quiero que sufras más por mi culpa.

El pelirrojo levantó la mirada al escuchar esas palabras y vio frente a él al chico dueño de sus pensamientos y de sus sentimientos. Lo siguiente que sintió fue como tomaba sus mejillas y empezaba a limpiar las lágrimas que aún salían de sus ojos, se sentía como si el mundo se hubiera paralizado en ese momento y solo ellos eran conscientes de esas miradas que reflejaban culpa y cariño. Se acercó tanto hasta darle un beso en la punta de la nariz, justo como la primera vez, después pasó lo que llevaba deseando desde muchos días atrás.

Joshua lo besó con tanta delicadeza y ternura como si tuviera miedo de llegar a lastimarlo, ese beso era agrio por las lágrimas y placentero.

Era triste porque era el último.

El mayor descendió una de sus manos hasta su cintura para acercarlo más a él y así comenzar a mover sus labios con tanto cuidado. Seokmin no dudó en responder de la misma manera abrazando al contrario por el cuello. Sus lenguas se encontraron después de tanto y eso hizo que la intensidad de los roces fuera en aumento convirtiendo el beso en uno muy necesitado y duro, como si sintieran que sería efímero y borrado en poco tiempo.

Casados Por 6 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora