Ser supremo de la ciudad de Tokonosu

Capitulo 8

Capítulo 8: Tener una cita en el apocalipsis

Conteniendo la respiración mientras intentaba no hacer ni un solo ruido, Kyoko abrió mucho los ojos al ver a un grupo de esas "cosas" caminando por el gimnasio. Eran muchas, pero lo peor era que las conocía a todas, lo que la asustó aún más. Sabía que todas eran sus alumnas, y se habían convertido en algo que no era humano. Además, se agrupaban alrededor de la salida del gimnasio, lo que les hacía imposible salir.

Sus expresiones pálidas, ensangrentadas y horrorosas la asustaron aún más, pero cuando se preguntó qué debían hacer, vio a Isao guardar su bastón en su bolsillo y luego sostener el bate de béisbol, que agarró del almacenamiento antes de arrojarlo a la distancia.

*¡Estallido!*

El sonido del bate golpeando contra la pared resonó por todo el gimnasio, provocando que todas esas "cosas" corrieran en dirección a ese ruido.

"¡¡¡ARRAAR!!!"

En ese momento, Isao se movió silenciosamente hacia la salida cuando todas esas "cosas" se movieron hacia la fuente del ruido, dándoles la oportunidad de huir.

Sin embargo, para Kyoko, que vio todo esto, sus ojos brillaron intensamente, sintiéndose emocionada porque podían salir tan fácilmente.

'¡Como se esperaba de él!'

Sin embargo, aquellas "cosas" en el gimnasio eran sólo unas pocas entre muchas.

Fuera del gimnasio era un infierno absoluto.

"De ninguna manera..."

Aunque Kyoko sabía que debía permanecer en silencio, lo que vio ante ella fue como la escena del infierno. Los gritos de la gente, el grupo de esas "cosas" que gruñen como bestias, tratando de buscar presas, y muchas destrucciones dentro de esta escuela.

Cuando vio todo esto, todo su cuerpo estaba débil, y casi dejó caer el bolso de Isao si no lo hubiera atrapado, lo que provocó que ella se golpeara fuertemente sus grandes nalgas con su mano libre.

'¡Duele!'

"No te distraigas. Casi nos haces morir".

A diferencia de antes, la voz de Isao era fría y ni siquiera ocultó su enojo hacia Kyoko.

Si no tuviera un sistema que le diera una habilidad, ellos serían invadidos y morirían debido a esta mujer.

"Lo-lo siento... no volveré a hacer esto..."

Kyoko se dio cuenta de lo que había hecho y rápidamente se disculpó tímidamente.

"Deberías hacerlo, porque la próxima vez podríamos volvernos como ellos".

Isao sabía que ser amable todo el tiempo estaba mal. Cuando esta mujer cometía un error, él tenía que recordárselo, o de lo contrario ella pensaría que podía pisotearlo, pensaría que él se había caído sobre ella como un cautivo y pensaría que todo lo que hiciera estaba perdonado.

¿O quieres ser como ellos? ¿De esa manera no tendrás que preocuparte por nada?

-No... no, no lo volveré a hacer. Lo siento.

Kyoko estaba muy asustada en ese momento porque Isao era muy diferente de antes y seguía disculpándose.

"No quiero enojarme contigo, pero debes comprender nuestra situación. Un solo error nos llevará a la muerte, y no quiero que mueras, así que entiéndelo, ¿de acuerdo?"

—Sí, lo siento, Isao-kun.

Cuando alguien daba un palo, también necesitaba dar una zanahoria.

De esta manera, Isao sabía que este maestro le obedecería.