¿Eres tú? Soy yo - Ella

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Acabo de llegar a mi casa, no sé ni qué hora es solamente necesito dormir, me quito la camiseta, saco el dinero que he conseguido de la mochila para guardarlo dentro de otra mochila de mi armario y me tumbo en la cama, dejando el móvil cargando en la mesita de noche que tengo al lado de mi cama.

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Me despierto por culpa del teléfono, me estaba llamando Alberto, así que con los ojos cerrados descolgué la llamada.

·¿Qué pasa tío?

·¿Estabas durmiendo? —su pregunta se escucha más cerca que todo el jaleo de donde estaba.

·Si, pero ya no, ¿Qué pasa?

·¿Te bajas o qué?

·Dame diez minutos y estoy.

Le colgué y me levanté como puede, abrí el armario y busqué entre todo el montón una camiseta granate que tengo, me la puse y después me puse las zapatillas, cogí mi móvil y fui al baño.

Me lavé los dientes y cuando iba por el pasillo escuché la misma pregunta de siempre.

—¡¿Dónde cojones vas eh?! ¡Te estuve esperando toda la puta noche y no apareciste y ahora te despiertas y te piras!

Mentira, el nunca me ha esperado despierto.

Mi padre poco a poco se fue acercando a mí, hasta quedar enfrentados, estaba harto de él y sus comportamientos de mierda, y llevaba mucho tiempo ya sin callarme.

—Mira, yo ya tengo la suficiente edad, así que no me digas lo que puedo y no puedo hacer. —abrí la puerta y antes de irme me volví a asomar— Que te follen.

Cuando salgo de la casa en menos de un minuto ya estoy pisando la calle, caminando hacia el bar de siempre, al llegar me encontré con Alberto y su novia, Luna.

Somos un trío, pero no de estos que follan los tres juntos y ese rollo, no. Somos un grupo de amigos en el cuál Alberto y Luna poco a poco fueron haciéndose más que amigos, y yo pues no había ninguna que me llamará la atención.

—¡Eh, que pasa Nuno! —dijo Alberto cuando llegué.

—Hola Nunito. —me saludó Luna con su típica sonrisa.

—¿Me habéis pedido la birra o qué? —pregunté mientras dejaba mi móvil boca abajo en la mesa.

Y nada más les pregunté veo a José saliendo con la bandeja junto a las birras y los cacaos de siempre.

—No. —contestó Luna mirándome seriamente.

—Anda y que te folle tú novio.

—Yo encantado eh. —responde Alberto mirando a la rubia.

—Cuando quieras me pones en tu posición favorita.

—Pues entonces en todas cariño mío.

—Oye parar ya, me estáis dando un puto asco que flipas. —dije mientras fruncía el ceño.

—No es nuestra culpa que no tengas ninguna chica Nunito. —volvió a hablar la rubia, y después le dio un sorbo a la cerveza.

—Si ya se lo he dicho mil veces nena, pero el chaval no quiere que le busque a alguna.

—No quiero nada ahora mismo, estoy de puta madre. ¿Para qué quiero a una tía en mi vida? ¿Para que me esté molestando todo el día y no poder ni respirar? No gracias, prefiero estar solo y si quiero follarme a alguna que sea de una noche y punto.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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¿Eres tú? Soy yo // Nuno GallegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora