El dibujo

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Pareja: Third X URSS

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A Third le encantaba dibujar. No importaba el material de la hoja, el color del lápiz, si era una pared o si esta estaba muy quebrada, o si los aerosoles no combinan. Nada de eso importaba, si tenía una idea simplemente la plasmaba, incluso si no tiene hojas o una pared la cual pintar lo hacia en el piso.

Esto claramente lo ha llevado a algunos problemas con la ley, debido a esto tuvo que aprender parkour, al menos con esto los policías gordos lo dejaban en paz cuando se daban de cuenta que no podrían saltar al otro edificio.

De vez en cuando cada que se devolvía en el metro a su casa, dibujaba a la persona que estaba sentada frente suyo. No importaba si estaba bien o mal vestido, si era un vagabundo o un niño junto a su mamá, los dibujaba de igual manera y siempre les entregaba el dibujo cuando estaba a punto de bajarse. 

Se puso los audífonos subiéndole un poco a la canción en lo que esperaba el metro, tarareándola mientras tanto. Eran al rededor de las 10 de la noche por lo cual estaba prácticamente solo, claramente esto no era de su preocupación, en caso de no poder escapar se podía defender perfectamente.

Al menos no tuvo que hacerlo; se subió a uno de los vagones sin pensarlo mucho, tomando asiento entre todas esas sillas vacías. Luego de que el metro retomará ruta se dispuso a mirar a su al rededor, a veces incluso en la parte más fea del vagón es digna de ser plasmada en un papel, si solo se dedicaba a ver lo bello ¿Cómo sabría si era un buen artista si no podía ver también lo feo?

Inclusive las cosas más extrañas podías encontrarlas en un paisaje raro, como en esos precisos momentos; sentado frente a él se encontraba un hombre muy bien vestido, reconocía la ropa de lujo cuando la veía, los zapatos era sin duda de piel, además de su traje costoso llevaba consigo piel de algún animal sobre sus hombros, con anillos y unas cadenas de oro.

El vagón se veía más pobre en presencia del hombre, y el hombre se veía más lujoso sentado en ese vagón. Contrarrestaba de manera horrible, y eso le encantaba. Rápidamente saco su cuaderno de dibujo y un lápiz, empezando a trazar rápidamente las líneas. Había una razón por la cual ese hombre seguía ahí sin ser molestado por los vagabundos y los que tenían pinta de ladrones que se hallaban dentro de ese mismo metro: el aura de ese hombre era intimidante, te hacia querer bajar la mirada el solo estar a su lado. Podrá ser la expresión seria en su rostro, o quizá su altura ¿la musculatura quizá? Podía notarlo un poco. No le gustaba juzgar en base a la apariencia pero, estaba bastante seguro que ese hombre estaba metido en negocios ilegales.

Aunque, el verdadero misterio era ¿Qué hacía un hombre como él en un sitio como éste? No se atrevía a preguntar, no era porque se sintiera intimidado, alguna vez pinto un cuadro de un auténtico Yakuza y un mafioso italiano. Quizá era un tanto tímido para hablar ¿Qué le diría? "Oye, pareces un mafioso. ¿Trata de blancas o venta de drogas?" Valoraba su vida aunque no lo pareciera.

Mientras dibujaba se movía al compás de una rítmica canción de Stromae, le encantaban las críticas sociales disfrazadas de una tonalidad alegre. Pronto su parada llegó y con ello, finalizó su dibujo con su firma. Cuando las puertas del metro se abrieron arranco con cuidado la hoja, acercándose a aquel intimidante hombre para entregársela.

Sonrió cálidamente para contrarrestar la fría mirada que le dedico el hombre, saliendo del vagón antes de que se cerraran las puertas. Vaya tipo.

La expresión sería del hombre cambio poco a poco mientras las detallaba el dibujo que le paso aquel chico. Quedó maravillado por el detalle, si lo que quiso plasmar fue la ironía de la vida lo hizo perfectamente.

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