"La sangre no lo es todo" (Hermione granger y tú )

El priosionero de Azkanan

Dos niños se encontraban caminando en el largo pasillo de su mansión luego de huir corriendo de las afuera de la oficina de Lucius Malfoy, resulta que habían estado queriendo escuchar la conversación que el adulto mantenía con su esposa para poder estar enterados de que ocurría.

—Te lo digo Amelie esto está relacionado con que ahora en la casa no se encuentre ninguna edición del profeta, no pasa un día en que mi padre no lo lea — señaló el niño rubio.

— Draco no escuchamos nada además prefiero evitar tener el profeta en la casa si solo hablan del maniático de Sirius Black — la niña de cabellos oscuros y ojos estrellados, una Black de pies a cabeza, hablo prefiriendo no tener que escuchar algo del hombre que era su padre.

— Bueno yo pienso que saber no está de más, sigue siendo peligroso — intentó seguirle el paso a su prima - de verdad tú mal humor es muy poco agradable

— La verdad a veces pienso que te caíste por las escaleras

Ambos niños entraron al cuarto de la chica para terminar de ordenar sus cosas, al parecer la única que faltaba de los dos era ella, no sabía cómo ordenar su baúl aunque en el fondo simplemente no quería volver a Hogwarts tan pronto tenía muchas cosas en que pensar y la reciente aparición del Black adulto solo hacía las cosas más complicadas en su cabeza.

Una lechuza golpeó su ventana con inquietud, era una carta de Theo ya reconocía al animal mensajero de su familia, tal parece que se encontraba bastante ansioso por su vuelta al colegio, era lo mejor para ellos, significaba meses lejos de las apariencias estructurales y autoritarias de su grupo social, de reuniones de críticas sin escrúpulos a los futuros herederos de la grandes casas, los puritas reunidos para lo mismo de siempre, hacerse los importantes.

Narcissa Malfoy, su tía, los llamo desde abajo para tener su merienda diaria, si hay algo que tenía era costumbre y no las perdía tan fácilmente, al menos ese tiempo le valía para compartir y no estar en sus aburridas lecciones junto a su tío Lucius o su profesor de posiciones, sabía que el hombre le tenía cierto aprecio aunque le costará bastante admitirlo no era una persona demasiado expresiva a su parecer (y el de todos en realidad) y su tío, bueno el era el, era un equilibrio bastante extraño a su parecer y con sus casi 13 años no entendía muy bien si así eran todos los adultos pero sentía que no, su tía no era como el o el padre de Theo, su tío solo se encargaba de enseñarle cosas que eran necesarias, exprimir sus habilidades mágicas hasta que quedara agotada continuamente, el la había hecho lo suficientemente fuerte aunque prefería no cometer errores, era lo mejor pero Draco no la ayudaba mucho, en múltiples ocasiones se culpaba a sí misma para evitarle problemas a él, nada muy grave hasta el día de hoy pero seguía prefiriendo no hacerlo enojar.

— Amelie cariño, ¿te encuentras bien? — su tía le pasó una vaso con jugo mientras le preguntaba

— Si, solo pensaba en nuestra vuelta a Hogwarts

— ¿Ya tienen todo listo para mañana? — ambos contestaron un si al unísono, mañana tomarían su tren de vuelta

— Tenemos algo que decirles, en especial a ti Amelie y necesito que escuchen con atención — Lucius apareció en la sala para reclamar su atención

— ¿Qué ocurre padre? — Draco rápidamente dejó su te en la mesa puesta delante de ellos para mirar a su padre junto a su prima

— Sirius Black — miró a su sobrina esperando alguna reacción de su parte y al no ver ninguna dejó escapar una sonrisa de suficiencia — Es peligroso, deben tener cuidado en Hogwarts, si escapo de Azcaban puede entrar a Hogwarts, escúchenme bien no importa que pase deben tener cuidado ¿fui claro?

— Si — ambos contestaron al unísono otra vez, podría ser la gran convivencia que tienen, Narcissa mientras tanto se relajaba al ver que no tenían que dar tantas explicaciones, no era cosas que su hijo necesitaba saber y Amelie bueno, tenía que saberlas desde temprano no podían esconder la verdad tanto tiempo