"Cometieron un error en confiar en mi"

casa de Nicole 2° parte

-¿Que pasó?-.

Preguntó, Nicole, después de cerrar la puerta, vino corriendo cuando escuchó mi grito. Realmente parecía preocupada, así que le di una respuesta.

-crees en ellos, Nicole?-.

Pregunté con sonrisa interna.

Quería reírme y dejar crecer mis colmillos después, pero me contuve. Para mí, lógicamente, gritaría y se asustaría, pero eso llamaría mucho la atención y no era mi intención. Aún.

-Me gustan los vampiros, leer sobre ellos; es como un hobby-.

Era una vampire lover, no; lo que me faltaba! Miren, esto me pasa por no haber averiguado antes. Tolerar a la humana, sería... Un suplicio.

Sí, un hobby. Uno que te puede llevar a la muerte. Hay humanos ingenuos. Y quién sabe, si esa muerte no fue provocada por mï.

"Sabes, mi padre era cazavampiros", comencé a relatar. Decía que eran criaturas muy peligrosas, sanguinarias. Una vez, cuando era joven, recibió en la casa de mis abuelos a un hombre pálido que venía de Suecia. Le ofreció ospedaje y él aceptó. Después de un tiempo, resultó que en el pequeño pueblo donde vivía mi padre y mis abuelos, habían desaparecido personas. Y un día, ocho meses después de la llegada de ese misterioso sujeto, una monja de la iglesia descubrió a ese sujeto con rastros de sangre en su ropa y unos colmillos afilados, ocultando bajo la nieve El cadáver del hijo del sheriff del pueblo; lo ocultó bajo la nieve ya que era invierno.

Fingí estremecerme, aunque la historia era solo parcialmente verdadera. Nicole tenía una expresión de fascinación absoluta. Acarició con su mano el tomo de la portada; se veía fascinada.

-y? Al vampiro ese que le pasó?-.

Preguntó. La curiosidad asomándose por sus ojos cafés.

-Por lo que me contaron, lo tomaron entre varios pueblerinos y le clavaron una estaca en el corazón. Según se hizo polvo-.

Le dije.

-Polvo, okay. Bueno, ¿querés pasar a ver, el resto de la casa? Te voy a decir dónde vas a quedarte-.

Sonreí imaginando que no me dejaría tranquila con el tema ese de ser vampire lover.

-gracias, eres muy amable Nicky-.

Avanzamos juntas hacia la cocina y luego nos dirigimos por un pasillo. Vi que tenía varios cuadros de Nicole y su familia. Uno de ella cuando era bebé y sus padres en una habitación de hospital, otro cuadro donde ella debía tener unos cuatro o cinco años y estaba en una pequeña silla de ruedas de color rosado con unicornios...

Al llegar casi al final del pasillo, a la derecha, la última puerta era la habitación de invitados. Me agradaba. La ventana era lo suficientemente grande para que yo pudiera salir en las noches a cazar o simplemente mirar. Los vampiros no solemos dormir; podemos hacerlo, pero no nos causa el mismo efecto que le causaría a un humano.

¡Qondaaaa! Nuevo capítulo de La historia de Ingrid corregido, y mejorado nos vemos en el siguiente.