Capitulo 13

1 0 0
                                    


En el camarote, el ambiente estaba cargado de tensión mientras discutíamos lo sucedido. Mis palabras parecían pesar más que nunca cuando comencé a contarles a Kaelan y a Damian lo que Crabbe me había revelado.

—Crabbe me dijo que todo fue a propósito —les informé, tratando de mantener la calma a pesar de la furia que sentía—. Que todo lo que sucedió fue parte de su plan.

Damian frunció el ceño, claramente confundido. —¿A qué te refieres exactamente? ¿Qué hizo?

Kaelan, con la mirada fija en mí, respondió con voz grave:

—Asesinar a nuestros amigos.

Mi corazón se hundió al recordar aquellas palabras.

—Sí —confirmé, mi tono sombrío—. Lo hizo para romper el sello y así iniciar la profecía.

El rostro de Damian se tornó pálido mientras tragaba con dificultad, el peso de la revelación dejándolo sin palabras. El camarote quedó en un silencio incómodo, con el eco de mis palabras llenando el espacio.

Finalmente, Kaelan rompió el silencio con una voz firme y decidida. —Tenemos que detener a Crabbe, sin importar las consecuencias. Necesitamos encontrar el Corazón de Dragón y poner fin a esta locura que se nos está presentando.

Damian, mirando a Kaelan y a mí con una mezcla de desesperación y determinación, se puso de pie con una energía renovada. —¡Estoy listo! —exclamó con euforia—. Vamos a terminar con esto.

Antes de que pudiera dar un paso más, Kaelan le dio un zape en la cabeza. La sorpresa y el dolor hicieron que Damian se girara bruscamente, sobándose el lugar del golpe con una expresión de indignación.

—¿Por qué me golpeaste? —preguntó Damian, frotándose la cabeza con molestia.

Kaelan lo miró con una mezcla de exasperación y diversión. —Por tener tanta energía.

No pude evitar soltar una risa, observando la escena con diversión. La forma en que Kaelan y Damian se peleaban de esa manera siempre me resultaba entretenida.

—Siempre es un espectáculo verlos pelear —comenté, disfrutando el momento—. ¿Están listos para seguir adelante o vamos a entretenernos un poco más?

Kaelan giró su mirada hacia mí, y su expresión se suavizó un poco, como si finalmente se diera cuenta de la ligereza de la situación. —Parece que estamos listos, después de todo.

Damian, todavía frunciendo el ceño y masajeándose la cabeza, asintió con resignación. —Sí, sí, lo que sea.

La tensión en el camarote se disipó con el pequeño intercambio, y la dinámica entre los tres se ajustó nuevamente a la misión que teníamos por delante. La risa y las bromas ayudaron a aligerar el ambiente, y por un momento, la seriedad de nuestra misión pareció un poco más manejable.

El barco avanzaba con rumbo fijo hacia la isla, el sonido de las olas rompiendo contra el casco era nuestro único acompañante. El viento llenaba las velas, llevándonos más cerca de nuestro destino y, con él, a un futuro incierto. Kaelan se puso al frente de su tripulación, su expresión seria y decidida.

—Escuchen todos —dijo Kaelan, su voz fuerte y clara—. No les voy a pedir que vayan con nosotros si no quieren. No sabemos qué nos espera en esa isla. Si deciden quedarse atrás, respetaré su decisión.

Hubo un momento de silencio, un instante de expectación que pesó en el aire. Miré a Damian, ambos compartiendo una expresión de sorpresa y preocupación. Pero antes de que pudiera decir algo, un grito resonó desde la tripulación.

Las Profecías Del Océano: La Isla De Los DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora