Loveless (+21) [JinNam]

Capítulo 20: Mis... ¿sentimientos?

Después de ese bocadillo nocturno Jimin regresa como una bala a su apartamento. Con la sangre todavía embarrando su boca se queda apegado a la puerta y absorto, preguntándose por qué su novio le está mintiendo, y sintiéndose muy dolido por ello, al punto de soltar lágrimas. Se va al baño a limpiar su rostro, la sangre, el agua. Cambia su guardarropa, se sienta en la mesa de la sala, abre su computadora portátil y comienza a teclear como un desquiciado. No recuerda el nombre del primo de Ho-seok. ¿Tan poco había hablado de él que ni su nombre recuerda? Se pregunta con maldiciones de por medio por qué.

―¿Por qué... siento que no sé mucho sobre ti, pero tú sabes casi todo de mí? ¿Por qué no me di cuenta antes? ―murmura para sí mismo, con angustia y frustración.

Accede al expediente de su novio y observa detenidamente: Su padre era policía civil; murió en una balacera en la vía pública cuando él solo tenía seis años. Más tarde partió su madre por una enfermedad terminal, aunque Ho-seok ya tenía veinte años para entonces, prácticamente se valía por sí mismo. Cuando su hermana se mudó de ciudad jamás volvieron a verse o hablarse. Esta es la parte de la historia que Jimin sabe, pero de lo que al parecer no tenía conocimiento es de que los tíos maternos de Jung le brindaron apoyo económico para completar sus estudios en el cuerpo policial de inteligencia.

―Él me dijo que con su trabajo lo pagaba todo... ¿Por qué me mentiste, Ho-seok? ―murmura pesaroso.

Tecleando de nuevo y con unos cuantos clics de por medio, el nombre del chico sale:

―Kim Mingyu... Yo he escuchado ese nombre antes... ―dice, endereza la postura, truena su cuello y teclea sin dar un solo parpadeo.

Jimin logra dar con un artículo que lo hace detenerse en seco, se pasa una mano por el cabello echándoselo atrás y se lleva esa misma mano a la boca después. Tragedia en Racing clandestino: Joven de veintitrés años pierde la vida tras un choque en cadena. Las fotografías están ahí, la información también; Jimin desliza lo extenso del artículo con el dedo sobre el teclado.

―Si no estás en la casa de tu primo esta noche... ¿Dónde estás ahora, Ho-seok? ¿Dónde has estado todas las noches que no dormiste junto a mí?

En su rostro pálido ya no se lee tristeza, sino recelo y ambigüedad. Puede sentir su instinto no predador, sino asesino, trepar por su espalda como una plaga. Y con el sonido de los truenos y fulgores entre las nubes diagnosticando lluvia, baja la tapa de su computadora y se queda solo y meditabundo en la oscuridad de esas cuatro paredes.

Esos mismos truenos hacen que Seok-jin lleve sus pupilas oscuras al ventanal de su dormitorio. Contempla los destellos que proveen los relámpagos en el cielo nocturno. Baja la vista y observa a Nam-joon a su lado, profundamente dormido. Esa sesión de "solo besos" no había sido para nada serena. Acaricia su cabello con una sonrisa, lo arropa y deja su lado de la cama.

Llega a la planta baja en cuestión de segundos y ahí se dirige a la cocina. Para su sorpresa, las luces están encendidas, pero al no percibir ningún olor profuso se da cuenta que al abrir las puertas verá del otro lado a Taehyung. En efecto, el joven se encuentra sentado en el extremo de la isla de la cocina, comiendo uvas congeladas de un tazón. El vampiro mayor no dice nada, solo lo mira con desaprobación y se aproxima a la nevera a tomar una bolsa de sangre.

―¿Y Jung-kook? ―pregunta sin mirarlo.

―Dijo que estaba cansado así que lo llevé al dormitorio. Con la chimenea ahí estará más a gusto.

―Qué considerado ―ironiza.

―¿Me das un poco?

Sin responder nuevamente, Seok-jin saca dos copas de cristal y sirve una cantidad no generosa, sino necesaria, para ambos. Toma su recipiente y bebe, mientras que deja el del muchacho en el lugar, indicándole con una mirada indiferente que mueva el trasero y lo agarre él mismo. Taehyung sonríe con pillería, baja de la encimera de un salto y camina hasta el otro lado con mucha calma para beber de ese mismo modo de la copa.