𝐴𝑠𝑡𝑟𝑖𝑑
Ya pasaron dos horas desde... Eso, ¿Acaso pensaba hacer...?
<<¿Te gusta tomar el control?>>
<<¿O te gusta que te hagan temblar?>>
Eso me hizo temblar.
Ya me di una ducha fría y todavía no se me baja la calentura. Solo pienso en lo que paso en su habitación.
𝑌 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑢𝑏𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑑𝑜 𝑠𝑖 𝑛𝑜 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑏𝑎 𝐶𝑦𝑟𝑢𝑠.
Me beso.
Kevin Brown me beso.
𝑌 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒𝑛...
Y fue mi primer beso.
𝐴 𝑒𝑠𝑜 𝑛𝑜 𝑚𝑒 𝑟𝑒𝑓𝑒𝑟𝑖𝑎.
𝐷𝑖𝑟𝑖𝑎 𝑦𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑓𝑢𝑒 𝑒𝑙 𝑏𝑒𝑠𝑜 𝑚𝑎𝑠...
No ayudas, conciencia.
Intento olvidarme de esos pensamientos y me acuesto en mi cama.
Tengo que dormir.
Necesito dormir.
Si duermo dejaré de pensar...
En cuando cierro los ojos me quedo inmediatamente dormida.
<< -Quisiera seguir preciosa-susurra ronco en mi oído-. Pero no creo que quieras que Cyrus te escuche gemir y tener orgasmos.
-Que se vaya al carajo -digo suspirando.
Me besa, pero esta vez no es un beso con provocador... Es suave y tierno. Hasta que no aguanta más y lo comienza hacer más intenso y provocador.
Entre beso y beso terminamos sobre su cama. Cuando siento que necesito más que besos, comienzo a mover mis caderas provocandolo.
Por un momento nos quedamos mirando, sus ojos están llenos de lujuria y deseo.
Lo jalo de su camisa para atraerlo a mi nuevamente. Ya no aguanto más, agarro una de sus manos y la comienzo a dirigir a... >>
Me despierto de una salto. Agitada y transpirando.
¿Por favor dime que no soñé que iba a...?
¡Mierda!
Mis pensamientos se esfuman rápidamente al ver a Kevin entrar a mi habitación.
No, no, no... Ahora no.
𝑁𝑖 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑙𝑜 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑎 𝑎...
-¿Puedo quedarme un rato? -pregunta.
Pregunta de una forma tan dulce y tierna, que me es imposible negarme.
Parece un niño pequeño que no puede dormir.
𝐸𝑙 𝑛𝑖ñ𝑜 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒ñ𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑎𝑠𝑖 𝑡𝑒 𝑚𝑎𝑠𝑡𝑢𝑟𝑏𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑢 𝑠𝑢𝑒ñ𝑜𝑠.
-Si, si quieres te puedes quedar a dormir -Solte, sin saber exactamente de donde salieron esas palabra
¿Pero, como pondría negarme con lo tierno que se ve?
𝑌 𝑒𝑠𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑢𝑛𝑐𝑎 𝑒𝑠 𝑡𝑖𝑒𝑟𝑛𝑜.
Kevin Brown nunca es tierno ni sensible con los demás, se hace el fuerte, el que no le importa nadie.
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El ritmo de nuestros corazones
Novela JuvenilEn el orfanato, Astrid y Kevin se llevan desde muy pequeños mal. Sus bromas pesadas y sus peleas son rutinarias en el orfanato, pero detrás de la rivalidad se esconde una atracción que no pueden negar. Un día un cazatalentos llega buscando a alguien...