Cap. 5.

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Habían pasado poco más de dos semanas.

Nick había decidido quedarse en Inglaterra, mientras que Jeremy fue unos días a México a visitar a su familia.

La patineta que Toto había comprado estaba aún empaquetada en la casa en Mónaco, un empleado de Toto la había recibido pero nadie regresaba de sus vacaciones aún.

Por su parte Charles había disfrutado de sus vacaciones, ahora regresaba a Mónaco para alistarse y viajar a Países Bajos para la siguiente carrera.

Toto, Susie y Jack, viajaban en el jet privado hacia Mónaco, Susie había recibido el mensaje de Nick, que llegaría el día siguiente.

— Niki llega mañana. - Dijo Susie al leer el mensaje de Nick.

— Genial. - Fue la única respuesta de Toto.

— Le entregaras el regalo mañana o...? -

— No... Me presiones - Toto aún luchaba internamente con el mismo, le había prometido a Jack entregarle el mismo, el regalo a Nick.

Pero que se supone que deba hacer, nunca antes le había dado un regalo, siempre en su cumpleaños le pagaba a alguien para que le comprara algo.

— Yo te acompañaré pa. - Dijo Jack al notar la indecición de su padre.

— No es mucha ciencia, Toto. - La voz de Susie sonaba tranquila, pero internamente estaba luchando por no golpear a su marido.

— Lo intentaré. - Respondió cortante de nuevo, regresando su vista a la bendita computadora.

Susie rendida, soltó un suspiro.

Nick, por su parte, estaba guardando sus cosas, no tenía muchas ahí en Inglaterra, ahora que estaba 100% graduado, decidió vender el departamento que tenía ahí.

Lo había comprado junto con Jeremy cuando comenzaron su estadía en la academia, ahora ambos estaban graduados, no le veía sentido tener un departamento en un país al que no iba muy seguido.

Mientras tanto, Charles iba llegando a su casa en Mónaco, había disfrutado bastante sus vacaciones, había terminado con su novia hace semanas y tal vez sea por eso que las disfruto, aún que habían terminado en buenos términos, Charles sentía que Alex lo agobiaba un poco.

Estaba guardando sus cosas cuando en uno de los cajones miro aquella camisa que se había puesto la noche del Yate.

Aún no lograba recordar a la otra persona, tenía algunas lagunas mentales e imágenes borrosas, pero el cabello rubio estaba bastante claro.

Estaba tan concentrado viendo la camisa, que su teléfono sonando lo hizo sobresaltar.

"Hola" contestó sin ver quien era.

"Vamos a comer algo con mamá y Lorenzo" La voz de Arthur se escuchaba a través del telefono.

"De acuerdo, ¿Dónde mismo?"

"Así es"

"Bien, nos vemos en un rato" Colgó, y volvió a meter la camisa donde estaba.

Se alistó para ir a comer con su madre y sus hermanos.

Después de un rato, llegó al lugar, ahí estaban sus hermanos y su madre.

— Hola. - llegó dándole un beso en la mejilla a su madre y un abrazo a sus hermanos.

— ¿Cómo estuvieron tus vacaciones cariño? - Pregunto su madre devolviéndole el beso.

— Bien madre. - Respondió con una sonrisa. - Creo que hacía mucho que no me divertía así.

El resto de la tarde fueron pláticas tribales entre la familia Leclerc.

Fantasy - Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora