PROLOGO

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El Caballero Oxidado

En una pequeña taberna conocida por la horrible comida pero la buena bebida, los aldeanos charlaban despreocupadamente. El joven dueño del lugar, un rubio con aire relajado, observaba todo con tranquilidad mientras servía bebidas. Los rumores giraban en torno a una persona misteriosa, un caballero en una armadura oxidada que había sido visto por los alrededores.

De repente, las puertas de la taberna crujieron, y todos los aldeanos temblaron. Un caballero sacro, aparentemente, entraba, apenas manteniéndose en pie antes de desplomarse al suelo. Sin embargo, al quitarle la armadura, lo que encontraron no fue lo que esperaban.

—¡Es una chica! —exclamó Hawk, el cerdo parlante, mientras el dueño de la taberna, Meliodas, observaba.

—Mmm, veamos —dijo Meliodas, inclinándose sobre la chica inconsciente.

La joven despertó poco después, mirando a su alrededor desorientada.

—¿Dónde estoy...? —preguntó débilmente.

—Estás en mi taberna, el Sombrero de Jabalí —contestó Meliodas sonriendo. —Te desmayaste usando esa armadura tan pesada.

La chica se presentó como Elizabeth, la tercera princesa del Reino de Liones. Su misión: encontrar a los legendarios Siete Pecados Capitales, guerreros caídos en desgracia que una vez fueron los protectores más poderosos del reino.

Después de una conversación, Meliodas reveló que él era el Capitán de los Siete Pecados Capitales, para asombro de Elizabeth. Pero antes de que pudiera procesar la noticia, una fuerza de Caballeros Sagrados llegó buscando al "Caballero Oxidado".

Elizabeth y Hawk escaparon corriendo hacia el bosque mientras Meliodas los seguía desde las sombras, enfrentando a los caballeros con facilidad. Eventualmente, tras la batalla, Elizabeth le confesó a Meliodas su razón para buscar a los Pecados: detener a los Caballeros Sagrados, quienes planeaban comenzar una guerra para apoderarse del reino.

 La Nueva Acompañante

Al amanecer, Meliodas, Elizabeth y Hawk se preparaban para continuar su viaje. Mientras caminaban por el bosque, una figura apareció entre los árboles. Era una joven de cabello castaño claro con una espada a su espalda, observando al grupo con una mirada penetrante.

—Elizabeth, ¿eres tú? —preguntó la chica con sorpresa.

Elizabeth levantó la vista, reconociéndola de inmediato.

—¡No puede ser! ¡Eres tú...!

(En este punto tú puedes darle el nombre que quieras más adelante).

—¿Conoces a esta chica? —preguntó Meliodas, algo curioso.

Elizabeth asintió con una sonrisa.

—Es una amiga de la capital. Nos conocimos antes de que todo esto sucediera.

La nueva chica se unió al grupo rápidamente, revelando que ella también había estado buscando a los Siete Pecados para ayudarlos a luchar contra los Caballeros Sagrados. Aunque al principio parecía ser una simple aliada, su destreza con la espada y su conocimiento del reino resultaron invaluables para el grupo.

Meliodas asiente, sintiendo que la dinámica del grupo está cambiando.

Siete Pecados CapitalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora