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𝐴𝑠𝑡𝑟𝑖𝑑

En cuando despierto me percato que Kevin no esta a mi lado. Y el nunca se despierta temprano.

Maldito Idiota. viene me besa, vemos películas y se va como si nada.

Nunca comprenderé que pasa por su cabeza, aveces me habla, me mira de una forma fría y seca que me provoca escalofríos.

Pero... también me mira con un brillo reluciente en sus hermosos ojos... una mirada indescriptible.

Mis pensamientos desaparecen en cuanto me doy cuenta que están aporreando la puerta.

-¡Despierten! -grita Cyrus-. ¡Les tengo que decir algo urgente!

Me levanto rápidamente de mi cama para acercarme a mi armario por una sudadera. Me había quedado dormida solo con una camiseta de tirantes.

-¿Se murió alguien? -digo al abrir la puerta -. ¿Al fin se murió Ke...?

-Olvídate de Kevin -me interrumpe, tiene una sonrisa de oreja a oreja-. ¡Tienes que ver esto!

Extendió su mano para mostrarme su celular, a lo único que le preste atención fue los números, números de reproducciones, números de me gustas, números de compartidos...

-¿Qué? ¿Esas son nuestras cancio...? -pronunció boquiabierta -. ¿Pero cuando lo...?

¿Estoy soñando? ¿Esto me está pasando a mi?

-¡Su música está arrasando todas las redes y las plataformas! -exclama-. ¡Son un éxito! ¡La gente está loca por su música! ¡Son famosos!

Estoy en shock.

-Ahora mismo voy a hablar con mi gente para ver cuanto antes pueden hacer un concierto -me dice-. Y dile a Kevin que se puede terminar de bañar tranquilo en tu ducha.

-Espera ¿Qué?

-¡Los veo luego, me tengo que ir! -grita yendo a las escaleras-. ¡Los quiero!

Cuando nos adoptó pensé que solo buscaba a unos niños con talento para ponerlos a trabajar y ganar dinero. Pero nos a demostrado que nos adoptó para darnos la oportunidad de ser lo que queramos.

El desde el primer momento nos dijo ¿Qué queríamos? ¿Qué necesitábamos? ¿Qué soñábamos ser? Nos dio la oportunidad de elegir lo que queríamos ser, una oportunidad que muchos no tienen.

Dejando eso de lado, me he dado cuenta que es lo que nos quiere hacer pensar solamente... El nos adoptó para darnos la oportunidad de cumplir nuestros sueños y tener una familia... Y que el tenga una.

Yo no nos llamaría una familia ni nada de eso... Pero siempre nos deja claro que nos quiere.

Escucho que la puerta de mi baño se habre y me volteo, Kevin sale ya cambiado y con una toalla en su cabello, en un intento de secarlo.

-¿Que haces aquí? -digo a la defensiva.

-Buenos días, preciosa -dice sonriente mientras seca su cabello -. ¿Perdiste la memoria o olvidaste que ayer me dijiste que me quede?

¿Por qué se ve tan jodidamente sexy con el cabello mojado?

-Te odio.

Kevin me estudia en silencio. Paso su mirada por todo mi cuerpo hasta llegar a mis labios haciéndome estremecerme en mi interior.

-Si tanto me odias... ¿Por qué siempre que me miras te muerdes el labio? -enarca una ceja, deja a un lado la toalla sin despegar su mirada de la mía.

Dejo de hacerlo enseguida.

-¿De que hablas? -digo hipócrita -. No lo hago solo por que te miro.

-Ya me había emocionado -odio su sonrisa-. Pensé que querías que te bese... Por que yo si lo quiero. Moriría por hacerlo.

El ritmo de nuestros corazones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora