The End

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Narra Madison

Nunca me hubiera imaginado que mi temporada sería de esta manera y, mucho menos, que terminaría en un escándalo. Para mi fortuna, el bullicio alrededor del matrimonio de Francesa y Lord Pliot logró desviar la atención del público. Sin embargo, no podía dejar de pensar en lo difícil que debía ser para Luke. Nuestros encuentros se habían vuelto escasos, y la última cosa que deseaba era que mis problemas mancharan su reputación.

Convencer a mis padres de que viajara a Francia fue una batalla ardua, pero logré hacerlo. Recuerdo la mirada entre divertida y preocupada de mi madre cuando dijo:

—Madison, no puedes pasar dos días sin recibir una carta.

—Y por supuesto viajarás con Lady Dambury y volverás junto a ella —interrumpió mi padre, Louis, con su habitual tono autoritario, aún bastante molesto por las circunstancias.

—Por supuesto que sí. Saben que viajo a París en busca de sosiego para este escándalo —respondí, tratando de mostrarme firme, aunque en el fondo la incertidumbre me carcomía.

Solo me quedaba esta noche en Londres, y en los últimos días había pretendido estar mucho mejor, no quería sumar más preocupaciones a mi familia. Mientras Meg guardaba mis vestidos en la maleta, su voz sonó en la habitación, un tono entre la tristeza y la nostalgia.

—No puedo creer que mi hermanita se está yendo de casa otra vez. Nunca logro acostumbrarme a tenerte conmigo.--Reí, buscando aligerar el ambiente.

—Seguro que en el verano vendrán a visitarme, sino es que ya estoy de vuelta.

—Será mejor que no te cases sin mi presencia —me dijo, mirándome fijamente, como si pudiera leer mis pensamientos.

—No podría pasar por eso sin ustedes.

La noche avanzaba y el cansancio me envolvía. Profundamente dormida, el sonido de una ventana abriéndose me sobresaltó. Desperté asustada, y al ver una sombra, casi salto de la cama.

—¿Qué quieres? —grité, intentando alertar a mi familia.

—Shhh, baja la voz —escuché una voz conocida, una que me hacía sentir una mezcla de sorpresa y miedo. Era Anthony.

—Lord Bridgerton, ¿qué hace aquí? ¡Usted está loco! Salga de mi habitación —dije, cerrándome la bata de dormir, sintiendo cómo la piel se me erizaba.

—No me has permitido hablar contigo. Tuve que hacer esto para que me escuches —se acercó, el rostro parcialmente iluminado por la luz de la luna.

—Anthony, no tenemos nada que hablar —respondí, intentando mantenerme seria, aunque su presencia me perturbaba.

—Sé que te irás —dijo, su voz cargada de frustración—. Huyes sin dejarme explicar.

—Bridgerton, demasiado daño hemos hecho ya. No creo que debamos seguir sumando leña al fuego —dije, retrocediendo unos pasos, sintiendo cómo la distancia se volvía un refugio.

Su mirada se oscureció, y por un instante, en la penumbra, vi al hombre que había capturado mi corazón y a la vez lo había destrozado.

—¿Y qué pasará si no lo hacemos? —su voz se volvió un susurro, la tensión en el aire era palpable.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Mi mente luchaba entre el deseo de dejar todo atrás y la necesidad de enfrentar lo que había sucedido entre nosotros. Pero esta noche, la incertidumbre se cernía sobre mí, como la sombra que se acercaba.

Narra Madison

Niegué rápidamente. No podía dejar que mis sentimientos por Anthony interrumpieran mis pensamientos racionales.

In love with the little friendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora