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Aquel día era el inicio del cortejo, por lo que Fourth se había levantado más temprano de lo normal para iniciar su rutina de asearse y arreglarse para ir a la cafetería; pero sin ser suficiente para recibir a su alfa, decidió poner un poco de rubor en sus mejillas y asegurarse de que el área de sus ojos resaltara más que otros días, además de arreglar su cabello en suaves ondas que caían en una melena sobre sus hombros.

Cargando las cajas con los especiales del día, salió de su departamento rumbo al local, su lobo aullando contento al estar seguro de que vería al alfa ese día. Su paso era apresurado, como si eso pudiera adelantar la llegada de Gemini cuando había la posibilidad que pudiera llegar a cualquier hora del día, nada era seguro.

Pero todo parecía estar a su favor cuando visualizó a cierto peli morado esperar frente al local, recargado en su automóvil con los brazos cruzados y observando toda la calzada, hasta que sintió la mirada del omega puesta en él. No tardó mucho en visualizar las cajas que cargaba el castaño entre sus brazos, por lo que se apresuró para ayudarle, mostrándole una sonrisa.

—Buenos días, omega. —Saludó, caminando a un costado suyo.

—Buenos días, alfa. —Comentó de vuelta, logrando que el alfa se sintiera desfallecer en ese momento.

Ser nombrado de esa manera de los labios de Fourth era glorioso, se sentía en el cielo al saber que lo estaba reconociendo como su alfa. Caminó con un paso alegre hasta la puerta del local, donde Fourth abrió la cafetería y lo guio a través del interior hasta que depositó las cajas sobre el mostrador.

—Gracias. —Agradeció con una sonrisa, tomando lugar detrás del mostrador mientras se colocaba su delantal. —¿Quieres ordenar algo?

Con un deseo en la punta de la lengua, decidió guardárselo para sí mismo antes de ordenar lo mismo de siempre. —Café negro y una galleta del especial del día.

—¿Volvemos al café negro? —Cuestionó con diversión, tecleando la orden.

—Bueno, no es como que necesite endulzar mi día ahora que sé que puedo cortejarte. —Murmuró, sacando la tarjeta de su cartera antes de tenderla en su dirección.

Fourth sintió el rubor subir rápidamente hasta su rostro, a tal punto de que se sintió sofocado y sin haber esperado ese comentario en absoluto, su mano tembló un poco cuando aceptó la tarjeta.

—Por cierto, iniciando con la temporada, quería darte esto. —Sacó del interior de su saco una pequeña cajita de terciopelo, dejándola sobre el mostrador. —Espero te guste, no estaba seguro de cuál escoger.

—¿Qué es? —Cuestionó con sorpresa, agarrando la cajita entre sus manos.

—¿Por qué no lo descubres? —Contraatacó divertido, su lobo revoloteando por todos sus alrededores, emocionado por ver su reacción.

El omega levantó la cajita hasta la altura de su pecho, observándola con detenimiento antes de abrirla, sonriendo cuando observó un par de brazaletes que relucían con el contraste de la iluminación, balbuceando sin saber qué decir. Las manos del alfa aparecieron en su visión, agarrando de los brazaletes entre sus manos antes de señalar su muñeca.

—¿Puedo ayudarte con ello? —Oh, claro. —Contestó anonadado, dejando la cajita a un lado antes de estirar su brazo y alzando su mano para que pudiera colocarle los brazaletes.

Gemini se tomó muy en serio su labor, acomodándolos de tal manera que estuvieran al descubierto pero sin llegar a molestarle, acomodando la camisa a tal altura que no interfiera con su regalo. Sonrió contento con el resultado, el oro resaltando con la piel acanelada del omega, queriendo prologar el toque entre sus pieles de no ser porque la campanilla de la puerta sonó, alertándolos de manera inmediata.

El alfa tomó lugar delante del omega, a pesar de la separación por el mostrador, girándose para ver del intruso que se había atrevido a entrar en ese momento apreciado de la pareja, hasta que un rostro familiar lo hizo relajarse.

—¡Buenos días, Dunk!—Saludó Fourth detrás del peli morado, agitando su mano en su dirección.

—Buenos días a los dos. —Sonrió de una manera divertida, entrecerrando los ojos en su dirección.

—¡Oh! Perdón, alfa. Olvidé por completo tu pedido, deja preparar tu café y ahora te lo entrego. —El omega se apresuró a la cocina, visualizando los ingredientes antes de ponerse en marcha.

Dunk intercambió mirada entre la pareja delante suyo, tanto Fourth apresurado por entregarle el pedido al alfa, como Gemini que miraba anonadado al omega, casi juraba que soltaría un suspiro de no ser porque sabía que ya no se encontraban solos.

Un mensaje rompió la atmósfera, provocando que Gemini gruñera por lo bajo al tratarse de su celular. Lo leyó rápidamente, fue suficiente para saber que un día largo tendría por delante, así que disfrutaría el poco tiempo que le quedaba en la cafetería antes de sumergirse en reuniones con socios y las toneladas de papeleo que aún tenía que revisar debido al fin de año próximo.

—Aquí tienes. —Fourth se apresuró, terminando de poner una carita en el vaso del café, entregándoselo junto con la galleta en un sobre. —Espero que disfrutes de tu pedido.

—Muchas gracias, omega. Lo necesitaré, me acaban de avisar del itinerario que tengo hoy y será demasiado tedioso. —Comentó con una mueca, dando el primer sorbo.

Con un pensamiento formándose en su mente, Fourth no dudó en inclinarse sobre el mostrador y plantar un beso en la mejilla del peli morado, sin darle tiempo de reaccionar cuando se apartó.

—Espero que el día se te pase rápido, no te excedas en el trabajo porque puede ser dañino.

Gemini sintió ternura ante el comentario del castaño, asintiendo a lo que dijo. —Entendido, que tengas un buen día en la cafetería, Fou.

Bastó una última sonrisa antes de despedirse, el omega observando como el peli morado salía del local hasta subirse a su automóvil, perdiéndolo de vista cuando se precipitó por la avenida.

—Entonces... ¿Ya son pareja? —Cuando Dunk surgió detrás suyo, saltó del susto antes de golpearlo del hombro.

—No hagas eso. —Lo regañó, apartándose.

—Eso no contesta mi pregunta. —Notó la cajita sobre el mostrador, su mirada viajando a las manos del castaño hasta que observó los brazaletes que descansaban sobre su muñeca. —¡Está iniciando su cortejo!

—Santa luna. —Fourth pegó su mano contra su frente, sintiendo como Dunk se acercaba a él para agarrar su mano y ver de cerca el detalle que ahora poseía.

—¡Que lindo! Él va muy en serio, no creí que iniciarían tan pronto con el cortejo, pensé que solo estaría en suspenso.

—Él es un hombre muy serio en estas cosas, me lo demostró cuando hablamos. —Confesó con un sonrojo, su lobo agitando la cola de lo orgulloso que se sentía, su pecho no podía agrandarse de lo tanto que se estaba regocijando.

—Tienes que contármelo todo, vamos que aún no hay clientes y hay cosas por ordenar. —Aplaudió antes de comenzar a acomodar los postres que venían en las cajas, haciendo que el castaño rodara los ojos, pero asintiendo, comenzando a relatarle lo que había sucedido para llegar a ello.

coffee. - geminifourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora