— Hola Bonnie, soy yo... te extraño— Artemisa soltó una pequeña risa — esperemos que tu tía no te vuelva loca, no tardes en volver.
Ella dejó el teléfono en su bolsa; no había podido contactar con Bonnie desde el funeral de Gram y se sentía un poco sola. Elena se encontraba con Stefan, metida en sus asuntos, ya que había descubierto que la esposa de Alaric, se llamaba Isobel y era de la misma zona que su madre. Caroline salía con Matt, y ya no estaba muy presente en su amistad. Sorprendentemente, la madre del rubio había aparecido y, según Caroline, la odia.
Por otro lado, estaba ella, quien se encontraba desconcertada en el mundo en el que vivía. No sabía qué hacer; había estado buscando más información sobre lo que era, en los libros que la abuela de Bonnie le había dejado antes de morir. Pero ya no contenía nada que ella no supiera. Sin embargo, había encontrado una imagen de la familia Roux; todas las mujeres eran pelirrojas, mientras que los hombres no. Vestían ropa de la época, vestidos largos, pelo suelto con trenzas, botas, entre otras cosas. Cada vez lo veía más lejano encontrar algo.
Pensando en Damon, recordó cómo había estado desde que se enteró de que Katherine no estaba en la tumba. En realidad, ella no lo había visto; Stefan le había contado que estaba más loco de lo normal... y ella sacó sus propias conclusiones. Él no se había acercado a ella, y si él no daba el primer paso, ella tampoco lo haría. Ya había dado muchos primeros pasos y nunca habían terminado bien.
—¿Qué haces ? — preguntó Elena sentándose en el sillón al lado de ella, la pelirroja la miró.
— Buscaba saber algo de Bonnie, pero creo que será algo complicado — respondió, Elena suspiro.
— Para que te sientas mejor, no eres la única que ignora… tampoco me contesta — Artie asintió, su mirada se dirigió hacia el bolso que tenía su hermana en sus manos, ella arrugó el ceño.
—¿Piensas salir ? — indago.
— Saldré con Stefan — dijo, la pelirroja asintió restando importancia. — Si sabes algo de Bonnie avisame — ella se levantó y se fue, la pelirroja suspiró y tiró el celular en el sillón con pesadez.
— ARRIBA — la voz que Jenna hizo que salte en su lugar — Tengo una tarea para ti.
— Ay no… — Susurro, Jenna rodó los ojos.
— No te quejes, quiero invitarte a que me acompañes a comprar nueva pintura para el sótano y quien sabe, puedes cambiar un poco tu cuarto — dijo mientras se apoyaba en el respaldo del sillón.
—Si te acompaño, ¿Qué me darás de regalo ? — indago, Jenna río.
— Sorpresa.
— ¿Sorpresa? —repitió Artemisa, arqueando una ceja con duda—. Jenna, tus "sorpresas" suelen ser... decepcionantes. ¿Recuerdas la última vez? Terminó siendo una caja de galletas quemadas.
— ¡Oye! Eran galletas caseras, y el esfuerzo cuenta. —Jenna cruzó los brazos, fingiendo indignación antes de sonreír ampliamente—. Esta vez es diferente. Confía en mí.
Artemisa suspiró y se levantó del sofá, recogiendo su celular y metiéndolo en su bolsillo. Miró a Jenna quien la miraba feliz.
— Bien. Vamos. —Artemisa hizo un gesto dramático con la mano y Jenna alto una carcajada.
[•••]
La casa Salvatore estaba hecha un caos. Más de cinco chicas bailaban despreocupadas, sus cuellos marcados con múltiples mordeduras. La música retumbaba demasiado alta, y el ambiente olía a alcohol derramado. Entre ellas, Damon Salvatore, con la camisa desabrochada, sostenía una copa en una mano y con la otra rodeaba a una de las chicas, bebiendo directamente de su cuello.
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𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐓𝐀𝐑☆ ℒ𝒶𝓏𝑜𝓈 𝒹𝑒 𝒮𝒶𝓃𝑔𝓇𝑒
Fantasy"𝐷𝑜 𝑛𝑜𝑡 𝑢𝑛𝑑𝑒𝑟𝑒𝑠𝑡𝑖𝑚𝑎𝑡𝑒 𝑡ℎ𝑒 𝑐ℎ𝑎𝑟𝑚 𝑜𝑓 𝑑𝑎𝑟𝑘𝑛𝑒𝑠𝑠, 𝑒𝑣𝑒𝑛 𝑡ℎ𝑒 𝑝𝑢𝑟𝑒𝑠𝑡 ℎ𝑒𝑎𝑟𝑡𝑠 𝑎𝑟𝑒 𝑎𝑡𝑡𝑟𝑎𝑐𝑡𝑒𝑑 𝑡𝑜 𝑖𝑡 " ✦✦✦✦✦✦✦ - Tal vez yo no soy el Salvatore que querías ni mucho menos el príncipe de tus sueño...