Tu eres mi elegida

• Capítulo 19 •

[Una respuesta clara]

Los Sapotis corrían por las calles, haciendo estragos en su camino. El caos se esparcía rápidamente, destruyendo lo que encontraban, hasta que Chat Noir pedaleaba apresuradamente en una pequeña carruaje, sosteniendo un cono de tránsito como megáfono, con un toque de humor, empezó a hacer un anuncio llamativo.

⸻¡Atención, Sapotis! ¡El mejor parque de diversiones de París está abierto solo para ustedes! ¡Vengan todos los que quieran! ⸻gritaba con entusiasmo, mientras los Sapotis lo seguían a toda velocidad.

Lordbug, Rena Rouge y Little Mouse estaban cerca de un gran edificio con las puertas abiertas de par en par. Sabían que el plan de Lordbug estaba por entrar en acción, pero todo dependía de la ejecución precisa de cada uno de ellos.

⸻Rena, necesitamos que uses tu poder para crear una ilusión de un parque de diversiones dentro del edificio ⸻le indicó Lordbug, señalando el enorme espacio vacío en el interior.

Rena Rouge dudó por un momento.

⸻No estoy segura de que funcione ⸻confesó, sus dedos tamborileando nerviosamente sobre su flauta.

Antes de que pudiera seguir, Little Mouse se acercó y le puso una mano en el hombro.

⸻Puedes hacerlo, Rena. Confía en ti misma, todos confiamos en ti ⸻le dijo con una sonrisa alentadora.

La confianza en las palabras de Little Mouse pareció surtir efecto, ya que Rena Rouge asintió con determinación. Respiró profundamente, colocó la flauta en sus labios y tocó una suave melodía antes de gritar:

⸻¡Espejismo!

Un resplandor anaranjado envolvió el interior del edificio, y en cuestión de segundos, apareció una ilusión de un parque de diversiones completo: coloridas montañas rusas, carruseles y luces brillantes adornaban el espacio. A simple vista, parecía un verdadero paraíso para los Sapotis.

Lordbug observó a ____ y se acercó a ella, sosteniendo la espada que había obtenido con el amuleto encantado. Se la entregó, mirándola con confianza.

⸻Ahora es tu turno, Little Mouse.

Little Mouse tomó la espada y, tras un momento de concentración, asintió. Extendió sus manos de par en par, para usar su poder.

⸻¡Multiplicar!

Un brillo surgió de las suelas de sus zapatos, extendiéndose por todo su cuerpo, y de repente, se dividió en docenas de versiones en miniatura de sí misma.

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Chat Noir seguía pedaleando a toda velocidad mientras los Sapotis lo perseguían con entusiasmo. Sabía que su plan debía ejecutarse a la perfección. Cuando finalmente llegó al edificio donde Lordbug y los demás aguardaban, con agilidad felina, se lanzó de la carreta y rodó por el suelo para ocultarse tras una columna cercana. Observó cómo la enorme horda de Sapotis corría con fervor hacia el interior del edificio, atraídos por la ilusión del parque de diversiones que Rena Rouge había creado.