Capítulo 31, Venganza inesperada

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Chloe

La tensión se palpaba en el ambiente. Mientras Mimi y yo nos dedicábamos a saborear los platos típicos de Turquía, Adam fulminaba con esos ojos a su querido primo.

Qué inmadura me parecía su actitud, en serio.

Cambiando de tema, como aperitivo, habíamos probado los dolma, hojas de parra aliñadas con limón y rellenas de arroz cocido con algunos trocitos de carne. Me habían fascinado, aunque el descubrimiento de este viaje había sido el lahmacun o la pizza turca.

⎯ Eren, ¿y tú qué estudiabas?⎯ Llamé su atención, tratando de alivianar el pesado silencio que rodeaba nuestra mesa.

⎯ Fisioterapia, voy ya en el tercer año. ⎯ Su mirada se suavizó de un modo tierno. Me caía bien este muchacho.

⎯ Wow, qué interesante. ⎯ comentó mi amiga, evidentemente interesada en él. Se lo tendría que contar a Eric en cuanto regresáramos a casa.

⎯ Sí, te pega bastante esa carrera. ⎯ opiné, una maravillosa idea cruzando mi cabeza.⎯ Entonces, ¿nos podrías regalar una sesión de masajes gratis?

Su carcajada rompió el hielo, amenizando la conversación.

⎯ Por supuesto. Tan solo necesito una hora y dos tumbonas para vosotras. ⎯ hizo hincapié, simpático.

⎯ A Flitcher no le des ningún masaje.

Esa voz, repleta de odio y ponzoña, de resentimiento y rencor, me puso los pelos de punta.

 ⎯ Ni caso a Adam, guapo. Ni caso.⎯ reiteré, mi ceño estaba a punto de salir.

⎯ Eres mi novia, no la suya.⎯ recalcó, la vena del cuello ya se le había tensado.

⎯ ¿Y eso desde cuándo? ⎯ le reclamé, arrugando la nariz.

La pelirroja timidilla se rio de la expresión de enfado de Ryder, quien acababa de cerrar las manos en dos puños.

⎯ Eso desde esta tarde. Lo nuestro es exclusivo. ⎯ ¿Con qué desfachatez se atrevía a hablar así? En este mundo no había escuchado cosa igual. Sorbí mi agua con gas, bastante irritada.

⎯ Espera, ⎯ le interrumpió su familiar ⎯, ¿folláis una vez y ya sois pareja? 

Escupí mi bebida, avergonzada.

⎯ Perdonadme, pero debo realizar una llamada.⎯ Corrí la silla hacia atrás, evitando mirar en dirección al capullo que había creado todo este lío y eché a andar hacia la salida.

Rasqué la cara interna de mi brazo, donde se habían quedado esas feas cicatrices de los cortes. Marqué el número de mi hermana, esperando a que lo cogiera y me sirviera de distracción saludarla.

Good night, sister.⎯ Me tranquilicé al instante en el que detecté su acento británico y no turco, igual que el mío.

Night, Layla. I miss you.



❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥



Adam

En lugar de ver el ballet y apreciar el talento del casting, estuve distraído durante la mayor parte de la obra.

Observándola sonreír, abrir la boca con sorpresa y ser ella misma. Atesoré esa hora y media como un tesoro, sabiendo que El lago de los cisnes le encantaba desde pequeña.

Dulce odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora