𝐃𝐈𝐄𝐙

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𝟏𝟎 | who is the murderer?

Siempre había detestado el cigarro, siempre

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Siempre había detestado el cigarro, siempre. Aunque había fumado en algunas ocasiones, eso solo era una fachada que no se ajustaba a su verdadera esencia. Beomgyu tosió, frunciendo el ceño al percibir ese olor característico del tabaco y otras sustancias prohibidas. La música de la fiesta retumbaba en sus oídos, mientras que el aroma a alcohol lo envolvía, tentándolo a emborracharse como un adolescente, pero sabía que no podía permitírselo.

Era de noche, y la casa donde se encontraba era pequeña, pero estaba llena de jóvenes festejando. Su frustración lo había llevado a ese lugar, pues no tenía un propósito claro al haber llegado. Suspiró, sintiendo el cuchillo oculto entre su ropa. Caminó observando a los jóvenes: algunos ya se marchaban, otros estaban perdidos en su propio mundo, y otros simplemente disfrutaban de su romance.

Rodó los ojos al ver cómo una pareja se besaba justo frente a él. Los esquivó y tomó un pequeño vaso con cerveza fría.

La verdad es que las ganas de asesinar solían surgir en él sin aviso. Era un impulso inexplicable que lo llevaban a querer tomar un arma blanca y atravesar a otro ser humano, sintiendo la sangre brotar del cuerpo ajeno, mientras escuchaba sus súplicas de piedad acompañadas de gritos y llantos. Era inevitable, no podía evitar esas ganas de asesinar para sentir el poder que podía tener en otro humano, el poder de decidir sobre una vida.

Cuando dieron las doce de la noche, le sorprendió ver a muchas personas comenzando a irse. ¡No había podido hacer mucho! Había pasado la mayor parte del tiempo parado, sintiendo la música mientras apenas bebía algo. Su mente estaba en otro lugar, justo en el hotel donde sabía que se hospedaba Elowen, allí, en ese mismo momento.

Se sentía un poco arrepentido de haber dejado para ella un pequeño regalo, una vez más, además de la carta que había querido hacer llegar a través de Yeonjun. ¿Estaba siendo muy denso, quizás? ¿Demasiado cargoso? No lo sabía, pero a la vez sí le importaba. Solo quería tenerla a ella de vuelta, pero no deseaba obligarla a estar a su lado; la quería enamorada de él, para él, con él. No podía permitir que Elowen lo olvidara en ningún momento, por eso su insistencia con los regalos anónimos. Pero esta vez, antes de asistir a la fiesta, había conseguido dejarle un obsequio que era lindo y original, hecho con esmero con sus propias manos y una leve notita que para ella, le resultaría obvio saber que venía de parte de él.

No podía dejar de pensar en ello, en ella. Pasó toda la fiesta con su mente divagando en lo mismo: ¿cuánto tiempo podría aguantar sin la chica que le gustaba? Se sentía desesperado, pero no podía mostrarse así. A pesar de que su único propósito tras todos sus actos de asesinato era vengar a su madre en un principio, también deseaba que Elowen lo amara.

Sin embargo, la necesidad de asesinar lo consumía constantemente. Sabía que no estaba bien, y que la chica no volvería a sus brazos si seguía por ese camino. Pero no podía detenerse. Se había acostumbrado a esa vida, sintiendo una compulsión de matar a otra persona para encontrar un breve momento de tranquilidad.

𝐂𝐀𝐍 𝐘𝐎𝐔 𝐒𝐄𝐄 𝐌𝐄━━━ txt, choi beomgyu ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora