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Las olas del mar sonaban rítmicamente contra el barco, pero a bordo del Thousand Sunny, el caos reinaba. La risa y el alboroto habituales de los Mugiwaras se habían convertido en murmullos de incredulidad y preocupación. Semanas atrás, un secreto inesperado había alterado la dinámica de la tripulación: Zoro estaba embarazado. Luffy, el eterno niño con un corazón desbordante, se preparaba para ser padre, aunque ni él ni Zoro parecían listos para la inmensa responsabilidad que eso conllevaba.
Al principio, la tripulación se mostró escéptica. ¿Zoro? ¿Embarazado? Fue Chopper, con su habitual seriedad, quien finalmente confirmó la noticia. La confusión se transformó rápidamente en una mezcla de risa y pánico. ¿Cómo podían estos dos, que a menudo se olvidaban de cuidar de sí mismos, hacerse cargo de un pequeño ser?
A medida que el tiempo pasaba, la inminente llegada del nuevo miembro de la tripulación traería consigo una serie de desafíos. Desde situaciones ridículas y momentos de desesperación hasta risas incontrolables, cada día prometía ser una aventura. A pesar de las dificultades, la familia pirata se uniría para apoyar a Zoro y Luffy en su viaje hacia la paternidad, sabiendo que lo más importante en esta travesía sería mantenerse unidos, incluso en medio del caos.
