Special Batman Day: One-shot/ Celebración.

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Sábado 21 de septiembre de 2024, 7:30 pm

"Un héroe puede ser cualquiera. Incluso un hombre haciendo algo tan simple y tranquilizador como poner un abrigo alrededor de los hombros de un joven para hacerle saber que el mundo no ha terminado".


Aquella noche en ciudad Gótica, una lluvia ligera parecía molestar a los transeúntes y conductores que querían llegar a tiempo a sus destinos. El clima extremoso de una ciudad tan complicada no daba tregua ni un solo día del año. Y muy contrario a lo que se pensaba el gobierno parecía nunca festejar a sus héroes. No había globos en las calles, no había listones de color, no había desfiles ni fanfarrias, ningún tipo de celebración.

Y hablando de héroes, precisamente, Batman, había salido de su amada ciudad por unos días debido a otro tipo de reconocimiento. En Hollywood, una ciudad llena de glamour y color, una figura tan poco característica era apreciada por las multitudes por sus aportaciones a la humanidad, a la cultura, al arte, al cine y a la literatura. Aquel canon de la estoicidad era renombrado con una estrella en su famoso Paseo de la Fama. Por más años al servicio de los que se podrían decir.

Pero en la ciudad que lo había visto nacer, parecía un sábado cualquiera, como todos los demás, excepto que, en una peculiar casa, más bien una mansión, una operación se realizaba. Una operación complicada, en la cual todos los miembros de una familia estaban involucrados. Mientras tanto, aquella imperturbable figura regresaba del aeropuerto, víctima del tráfico en la ciudad sede de su residencia.

--"Maldición, sólo quiero llegar a casa y descansar..."—Murmuró aquella figura, mientras consultaba su reloj dentro de su inigualable auto increíble. Su batimóvil.

Pero lo que no sabía era que algo lejos de allí, uno de los vigilantes que educó y que formó tenía que ver con aquella operación complicada, Red Hood corría por los techos de la ciudad, con un paquete mediano en la mano, mientras buscaba llegar a tiempo a un sitio en particular.

--"Maldita sea, esto no va a funcionar."—Masculló para si mismo, mientras encendía un comunicador en su casco y hablaba por el. –"Oracle, estatus."—

Una voz femenina le respondió por el comunicador, con un hilo de angustia en la voz. –"Está todo listo, ¿dónde demonios estás? Él no tarda en llegar y si llegas tarde, todo se va a arruinar."—

El vigilante soltó una maldición por lo bajo, y saltó por el techo de un edificio hacia el otro, sopesando sus posibilidades, el viejo murciélago era un hombre de rutinas, pero no era para nada predecible

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El vigilante soltó una maldición por lo bajo, y saltó por el techo de un edificio hacia el otro, sopesando sus posibilidades, el viejo murciélago era un hombre de rutinas, pero no era para nada predecible. Esa contrariedad hacía que la situación se volviera más compleja de lo que ya era.

El Farol en la NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora