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En la quietud de una tarde soleada, Yunho se encontraba sentado en la cafetería del instituto, con una taza de café en las manos y una sonrisa que no podía contener. Había estado pensando en Hongjoong durante todo el día, recordando cómo su pequeño novio había decidido teñir su cabello de un rojo vibrante, cambiando por completo la imagen dulce y tierna que siempre había proyectado. Pero, a pesar del cambio, Yunho no podía evitar sentir que se había enamorado aún más de él.
Las palabras de una canción que había escuchado repetidamente esa semana comenzaron a resonar en su mente mientras miraba por la ventana, esperando a que Hongjoong llegara para la cita que habían planeado. Las melodías que ocupaban su mente parecían capturar exactamente lo que sentía cada vez que pensaba en Hongjoong.
"Si pudiera bajarte una estrella del cielo, lo haría sin pensarlo dos veces, porque te quiero," murmuró Yunho para sí mismo, sintiendo cómo su corazón latía más rápido al recordar la sonrisa tímida de Hongjoong, la forma en que sus ojos se iluminaban cuando estaba emocionado, y cómo su risa era lo único que Yunho necesitaba para hacer de su día algo perfecto.
La puerta de la cafetería se abrió, y Yunho levantó la vista, su sonrisa ampliándose al ver a Hongjoong entrar, luciendo su nuevo cabello rojizo que captaba la atención de todos en la sala. Pero para Yunho, no importaba el color de su cabello; siempre sería el mismo chico que le robaba el aliento con cada pequeño gesto.
—¡Yunho! —exclamó Hongjoong con una sonrisa brillante mientras se acercaba a la mesa donde Yunho lo esperaba. Se sentó frente a él, sus ojos brillando con la emoción de la tarde.
—Hola, cariño —saludó Yunho suavemente, tomando la mano de Hongjoong en la suya, disfrutando de la calidez que siempre sentía al tocarlo—. ¿Cómo te ha ido hoy?
—Ha sido un día agitado, pero ya estoy mejor ahora que te veo —respondió Hongjoong, su rostro sonrojándose ligeramente mientras jugaba con los dedos de Yunho.
"Si tuviera el naufragio de un sentimiento, sería un velero en la isla de tus deseos," pensó Yunho, observando cómo Hongjoong se movía con una delicadeza natural, como si cada uno de sus movimientos estuviera hecho para atraerlo aún más.
Yunho dejó que sus pensamientos se sumergieran en la melodía de la canción que ahora parecía ser la banda sonora de su vida con Hongjoong. Se inclinó hacia adelante, acariciando suavemente el rostro de su novio, haciendo que Hongjoong lo mirara con curiosidad.
—¿Estás bien? —preguntó Hongjoong, notando la expresión suave y enamorada en el rostro de Yunho.
—Sí, sólo estaba pensando en lo afortunado que soy de tenerte —respondió Yunho sinceramente, sin apartar la mirada de los ojos de Hongjoong—. A veces me pierdo en mis pensamientos cuando estoy contigo. Me enamoro de ti cada día un poco más.
Hongjoong sonrió, sintiendo cómo su corazón se aceleraba ante las palabras de Yunho. A veces le costaba creer que alguien tan increíble como Yunho pudiera sentir tanto por él. La canción que Yunho tenía en mente seguía resonando, especialmente la parte que decía "Cuando me enamoro, a veces desespero, cuando me enamoro, cuando menos me lo espero, me enamoro."
—Yo también me siento así, Yunho —admitió Hongjoong, bajando un poco la mirada, avergonzado—. No sé cómo lo haces, pero siempre logras que mi corazón lata más rápido y que me sienta más feliz cuando estoy contigo.
Yunho se sintió embargado por una oleada de emoción al escuchar las palabras de Hongjoong. Se levantó lentamente y se movió para sentarse al lado de su novio, envolviendo sus brazos alrededor de su pequeña figura y atrayéndolo hacia él.
—Es porque eres tú, Hongjoong —susurró Yunho contra su cabello, inhalando el aroma suave y familiar de su novio—. No hay nadie más en este mundo que pueda hacerme sentir así.
Hongjoong se acurrucó en el pecho de Yunho, sintiéndose seguro y amado. Sabía que lo que tenían era especial, algo que no todos podían experimentar. Su corazón se llenó de gratitud por tener a alguien como Yunho a su lado, alguien que lo amaba incondicionalmente.
—Te amo, Yunho —dijo Hongjoong en un susurro apenas audible, sus palabras llenas de sinceridad.
—Y yo te amo a ti, más de lo que nunca podrías imaginar —respondió Yunho, apretando a Hongjoong contra él, como si temiera que este momento pudiera desvanecerse.
El tiempo pareció detenerse mientras los dos permanecían así, envueltos en los brazos del otro, dejando que la melodía continuara sonando en sus corazones, recordándoles que, a pesar de las dificultades y las inseguridades, su amor era lo único que necesitaban para ser felices.
"Cuando me enamoro Se detiene el tiempo Me viene el alma al cuerpo Sonrío Cuando me enamoro."
