22. Fiesta

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— Lizzie... Tú de verdad... ¿Tú me...? — la gata de Cheshire no daba crédito a lo que sus orejas escuchaban soltando ese brillo expectante en sus azulados ojos.

La de cabellera pelinegra dibujo una sonrisa de par en par brillando en ella los distintivos rastros de iluminación de los fuegos artificiales en su rostro, sus mejillas rojizas calentaban su rostro a más no poder por tan rápido que su corazón iba. Su mismo corazón, tonto y enternecedor danzaba feliz queriendo salir de su lugar para gritar lo que sentía a los cuatro vientos; aun así, manteniendo su compostura lo más que se podía mordió su labio evitando soltar una risita culpable.

— Es correcto, yo siento eso por ti. — un par de lágrimas iracundas se escapaban de sus orbitas con felicidad. — Yo, yo de verdad siento eso por ti, ¡Te amo! ¿Qué es está sensación? Es tan maravillante y energética que me quiere dejar sin habla. ¿Estoy perdiendo mi locura? —

Los ojos felinos de Kitty observaban como la expresión de Lizzie iba en incremento, los sentimientos compartidos se podían palpar a flor de piel, el propio cuerpo de la futura reina de corazones temblaba con emoción mientras su respiración se exaltaba ante la sorpresa.

Con un firme agarre, Kitty tomo la mano ajena con la suya tranquilizando a su contraria.

— No, no del todo. No entiendo. ¿Cómo, cuándo? —

— El amor no tiene explicación. —

El arqueo en la delgada ceja de la Cheshire con cierta incredulidad divertida la tomó por sorpresa.

— Bueno, quizás sí pero es lo más mágico que he sentido. Solo tuve que hacerle caso y dar el siguiente paso para que hablará. —

Con su mano libre, la pelinegra posó la palma de su mano en el lado izquierdo de su pecho sintiendo su corazón, Kitty dio un respingo emocionado.

— Estoy sin palabras, creo que mi sonrisa esta atorada. —

Lizzie sonrió cálidamente ahora tomando con su mano libre el rostro blanquecino de su contraria.

— Está bien, al final eres la mítica Gata Cheshire de Wonderland. Tu sonrisa hipnotizaría hasta la más descuidada de las almas. —

— Vaya, Liz. ¿De dónde has sacado todo eso? — el ronroneó de Kitty en sus palabras mostraba su gusto por esas palabras.

— No... no tengo idea. — Hearts se encogió en hombros. — Mi corazón está como loco. —

Ambas se sonrieron sin dejar de verse con cariño, Kitty quien tomó la iniciativa, con tal coraje y valentía de tomar ambas manos delicadas de su compañera. Mordiendo su labio queriendo apartar la mirada en caso que esto no saliera como planeaba terminó por aventurarse lanzando la bomba.

— Entonces, Lizzie, mi querida su majestad... A pesar de esto tan mágico que acaba de suceder. ¿Aún seguirás siendo mi mejor amiga? —

Los ojos inquietos de la felina de tonos morados buscaban respuesta. Hearts por su parte sintió un ligero nudo en su garganta, las pupilas en sus ojos azulados buscaron a su izquierda la respuesta ante la incógnita dando con una por fin. Re lamió sus labios rojizos y pronunció suave.

— Por siempre y para siempre minina. —

Las dos chicas suspiraron dulces.

— Aunque, a decir verdad, pensaba en que podríamos ser algo más. —

— Elizabeth Hearts, no querrás decir que... —

Con tanto sentimiento incrustándose en su corazón las palabras no pudieron salir de la boca de Lizzie más que una sonrisa cómplice, ligeramente sacudió su cabeza positivamente.

¿Mi Mejor Amiga? | Kitty x Lizzie EAH [En Revisión Ortográfica]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora