El comienzo de una maldición
MAKENNA
Hace una hora llegué a casa sola. Mi hermana se quedó en el pueblo con su amiga. Quise quedarme otro rato, pero prácticamente me echó de ese lugar.
No sé si es instinto, pero tengo la corazonada de que algo están planeando. Lidxy no me desagrada, pero veo algo en ella que me parece intrigante. No sé exactamente qué, pero así lo siento.
La noche cae como la nieve helada. El firmamento se tiñe de un negro azulado gracias a la luna que ilumina un poco las calles oscuras. El cielo se encuentra despejado y varias estrellas se hacen presente en lo alto.
<<Tanta belleza impregnada en un solo sitio>>
Papá y mamá se fueron al pueblo a atender a más enfermos, y Ainara aún no regresa. Quise ir a buscarla, pero mamá insistió en que la dejase.
Así es ella, se va y no regresa durante todo el día.
Al quedarme sola en casa, me voy hacia mi cama para correrla a un lado y sacar mi libro sepultado. Preparo todo como siempre lo he hecho, y comienzo a realizar un ritual en la habitación.
Desde aquí comienza mi infierno, porque lo que sucederá a continuación será espantoso. No contaba con que después de esta noche, mi vida se volvería turbia.
Primero, sentí un terror abrazando todo mi ser cuando la vi.
Segundo, vi su desconcierto y horror en su rostro al notar lo que estaba haciendo en nuestra alcoba.
Y tercero, la piel empezó a hormiguearme.
No me di cuenta de la hora ni del momento en que mi gemela llegó. Quedó tan petrificada en la puerta que verla allí me hizo ponerme de pie de inmediato, ya que estaba sentada dentro de círculo con las piernas cruzadas como de costumbre.
Lo que no debía suceder en ese instante, sucedió. El hechizo se rompió por completo.
Rápidamente comencé a sentir una mala energía en la habitación. Las velas seguían encendidas, pero nosotras no éramos las únicas allí. Había una presencia invisible entre Ainara y yo. Entre la habitación semi oscura mi gemela miraba todo con espanto. Ella acaba de descubrir mi secreto.
—¡¿Qué diablos es todo esto?! —me grita.
Pero su voz no hace que la presencia invisible desaparezca. La puedo sentir allí, en este mismo espacio, observando. Así es, siento que algo me observa. Asechándome fuera de mi círculo de sal. Yo soy la única que está dentro de él. Protegida.
—Yo...
No puedo siquiera hablar, la lengua la siento pesada. Estoy tan asustada que mi capacidad de mantenerme en pie me está fallando.
—Ainara, esto no es...
Digo de nuevo, pero no me deja terminar de hablar. Se precipita hacia mí amenazadoramente y entra a mi círculo rompiendo esa protección.
<<Maldición, no>>
La miro más espantada y con una angustia terrible en mi pecho. Me arrebata el libro de las manos para luego ojearlo con rapidez y mirarme con espanto.
—¿Estás practicando brujería? —más que una pregunta fue una exigencia. Pasa las páginas de nuevo desesperada y luego me mira otra vez. —¿Por qué? —me acusa —¡Bruja!
Grita observándome con odio.
—Nara, te aseguro que no es como crees.
Como si la noche no se pudiese poner peor, algo me empieza a suceder. Comienzo a sentir escalofríos por todo mi cuerpo. La piel se me eriza y siento como si me apretaran todos los órganos por dentro. El dolor es tan insoportable que me obliga a acurrucarme en el suelo mientras rodeo mi estómago con mis brazos.
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UN TOQUE DE FELICIDAD
FantasyDescubrid ahora la magia que os brinda el mundo, los misterios que posee y lo dispuesto/a que estáis por descubrirlos todos. Los secretos escondidos en estas páginas son un pase para aventuraros a un mundo lleno de fantasía y un poco de detonación i...