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Lunes: 1/11/2021

Caroline muerta, Malak hirviendo de la ra.bia, Marvel ignorándolo todo, Lucifer fingiendo no haber sido partícipe y yo disfrutando el momento.

«¿Qué más puedo pedir?»

Avanzo por el pasillo de la escuela hasta los casilleros para buscar el mío. Debo ir a clases pronto. Poco después al cerrarlo, me encuentra cara a cara con la pelirroja loca de hace varios días, Aglae.

-¿Cómo estás? La última vez que nos vimos te fuiste pitando.

La observo con indiferencia, ya que, sé perfectamente que nada de eso le importa.

-¿Ya lograste lo que querías? -cuestiono y niega con la cabeza mientras me sigue a clases.

-Necesito tu ayuda para eso -murmura y niego-. Solo lo quiero a él y sé que puedes ayudarme.

-¿Yo por qué?

-Emm... No sé, pero tengo la sospecha de que fuiste tú quien asesinó a Ju...

Me detengo en seco tapándole la boca. Ella me ve satisfecha con mi reacción y la fulmino con la mirada. Varios alumnos nos observan, pero terminan pasando de nosotras al instante. Bajo mi mano.

-Pues sí tenía razón -confirma y niego-. ¿No? Yo creo que sí. ¿Sabías que su hermano lo vino a buscar y lo que se encontró fue una hermosa tumba en el cementerio?

Frunzo el ceño curiosa ya que obvio no lo sabía.

-Conocí al guapetón, pero no tuve la oportunidad de tenerlo para mí. -Pone cara de tristeza-. Tenías que haberlo visto.

-¿Qué? ¿Ahora lo quieres matar también?

-No, ese merece que lo traten bien por lo bueno que está.

Tuerzo los ojos y continúo mi camino al salón.

-Lo mejor será que te vayas a la universidad -propongo buscando quitarmela de encima.

-Qué pesada y aburrida eres. -Hace un mohín logrando que comprenda que sabe complementarse perfectamente con la sociedad.

Sé que no siente nada, pero finge tan bien que hasta a veces me confunde.

-Nos vemos luego, señorita cascarrabias -se despide y así la veo irse.

«Dios mío» pienso y resoplo fastidiada entrando al salón.

...

Mientras estoy preparándome mentalmente para el plan de acabar con las escorias de mi pasado, también alisto mi mochila y me visto para la ocasión. Aglae me dijo que necesitaba mi ayuda, y pues estoy aburrida en casa, así que he decido acompañarla con la condición de evitar ensuciarme.

Ella me espera abajo en su auto, al cual subo con el pasamontañas en una mano. Traigo conmigo lo que me pidió para el chico que planea capturar, así que ambas estamos preparadas.

-¿Trajiste la gasolina? -pregunta y asiento-. ¿Bastante, verdad?

-Sí.

Aunque si lo analizo no le veo la necesidad de traer tanta, ya que si acaso, solo quema al muchacho vivo y ya. De camino en la noche, pienso en mi vida de mierda y recuerdo que hay alguien a quien no le he cobrado su gracia.

Aglae detiene el coche.

-Vamos -indica saliendo y la sigo.

-¿Cuál es?

-Hay que caminar un poco más. No quiero ninguna sospecha, e imagino que tú tampoco.

«Ok, entiendo su punto y yo también haría lo mismo»

Poco después, Aglae se detiene y me hace una señal para que comprenda que es aquí. La casa es verde claro, de madera y bastante común. Parece un poco vieja, pero al menos se mantiene en pie.

-No te lo dije, pero creo que te va a gustar mucho esta visita en especial. El padre del chico es alguien a quien conoces -suelta en susurro logrando que frunza el ceño intrigada.

No puedo evitar pensar que es bastante inteligente como para atraerme a situaciones que probablemente me hagan enojar. Quizás el señor de la casa, es alguien que me hizo algo en algún momento y que ella lo sepa.

Como sea, Aglae rodea la casa para buscar una entrada o ver si hay alguien. Al volver a dónde me encuentro me cuenta en voz muy baja que no hay nadie.

-Eso era lo que esperaba. -Sonríe satisfecha y asiento.

-¿Entramos? -pregunto mientras me coloco el pasamontañas.

-Sí.

Soy yo quien forcejea la puerta. Al entrar el olor a ambientador invade mis fosas nasales, y al ser tan dulce me causa asco.

-Ahora a esperar. -Se sienta en el sofá con las piernas cruzadas.

Enarco una ceja tomándola por loca, pero la ignoro comenzando a mirar a mi alrededor. Lo común dentro de una casa. Me acerco a la chimenea para ver cualquier cosa buscando entretenimiento y entonces lo veo...

«Ella lo sabía» afirmo.

Aprieto la mandíbula y tomo la foto lanzándola al suelo cabreada. Es así como sin pensarlo, simplemente abro la mochila para sacar el pomo de dos litros de gasolina. Escucho a Aglae reírse.

-Lo siento mucho, pero te arruinaré el plan.

-No lo sientes, y el plan me da igual mientras ese chico muera.

-Ok.

Avanzo por la puerta derramando gasolina, luego continúo por las ventanas y las escaleras, vierto un poco en los sofás y alfombras del suelo; así hasta que ya no queda más. Aglae y yo salimos de la casa y nos ocultamos a la espera de la famila, la cual llega en muy poco tiempo.

-Lo tenía todo planeado. -Se siente orgullosa.

Cuando toda la familia está dentro, prendo el mechero y nos alejamos un poco de la casa. Lanzo el objeto e inmediatamente cuando toca el suelo se ve el fuego transportarse seguido de gritos de dolor.

Una sonrisa decora mi rostro satisfecha y Aglae me arrastra con ella hacia el auto. Cuando comenzamos a correr yo no debo preocuparme por mi identidad, ya que llevo el pasamontañas, pero ella está completamente expuesta.

Al subir al coche suspiro un poco sofocada por la carrera y ella arranca el motor.

«Al menos ese maldito tuvo lo que se merecía por borracho y por no mirar al frente cuando conduce»

Christine #1: Somos Sociópatas © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora