El planeta contaminador y destructor de sistemas solares, llamado the iris, llegó a nuestro sistema...
pero no estaba preparado para que está fuera su última vez cometiendo actos atroces.
'the iris consiguió infectar a la tierra.'
'Pero la tierra s...
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The iris llegó a nuestro sistema solar.
Llegó a nuestro sistema con la intención de conseguir contaminar a todos, y poder darles un bocado de el verdadero sabor de la libertad al masacrar sus mentes y cuerpos con sus hermosoas criaturas, criaturas perfectas y hermosas.
La entidad sabía sobre verdadera paz. la paz después de que los llantos y súplicas de antiguos cuerpos celestes, era una paz indescriptible y el cesar de los gritos era una señal de que ellos habían comprendido la belleza de sus creaciones, el como el fue tan amable como para querer compartirla con todos ellos.
Ellos lo aclamaron, elogiaron y agradecieron.
"¡Oh, gracias iris ahora me siento mucho mejor!"
¡"Gracias, nos sentimos mucho mejor ahora!"
"¡Me siento perfectamente bien!"
Por supuesto no importaba las lágrimas de agonía, y sus caras forzadas a verse felices y agradecidos con su torturador, pero no podían evitarlo, the iris logró infectarlos y no podían librarse de su influencia en sus cuerpos y mentes. No importaba que esas horribles criaturas estuvieran matándolos poco a poco sin piedad.
Pero eso es del pasado, de antiguos amigos míos que logré que vieran y sintieran su presencia. Hizo eso incontables veces, con cientos de sistemas que infectó, durante millones de años.
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En la vasta oscuridad de las fronteras del sistema solar, Neptuno vagaba en su órbita distante. Había pasado tanto tiempo solo que su mente empezaba a desdibujarse, perdiendo la noción del tiempo y del espacio. Su única compañía era Guillermo, el asteroide deforme al que Neptuno le había otorgado vida y personalidad, aunque Guillermo jamás había respondido.
Un día, algo perturbador rompió la monotonía. Una luz extraña, no brillante como una estrella, sino un destello errático y sombrío, comenzó a aparecer en la lejanía. No era un cometa, ni una nave, ni una luna. Era algo más antiguo, algo más profundo. The Iris se acercaba, flotando lentamente hacia los límit es del sistema solar, rodeado por lunas oscuras que giraban como satélites condenados.
