Tener la oportunidad de ver el amanecer era de los pocos placeres de la vida en los que George no participaba. Su naturaleza no era ser una persona del día, le costaba un poco asimilar que, de todo lo que podía tener, no era parte de algo tan mundano y dentro de su control, ya que cuando él se despertaba Londres se encontraba a la mitad de su día productivo.
Asumía que con los años uno adquiría esa resignación del control, pero en este momento agradecía que su novio, la persona más madrugadora que conocía, no se había levantado a su sesión de ejercicio mañanero. En su lugar, las pestañas de Samuel creaban una sombra sobre sus pómulos con cada respiración silenciosa que daba en medio de su sueño.
George sonrió. Después de todo, era su culpa por haberlo tenido despierto hasta tarde.
Y ese pensamiento cero inocente parecía haber sido suficiente para sacar de sus sueños a Samuel, quien terminó abriendo sus ojos y le dio los buenos días con la somnolencia como sombra.
—Hola, ¿quiero saber qué hora es?
—Menos de la una —George se acomodó de lado y aprovechó para deslizar sus dedos sobre el hombro desnudo de Samuel.
—George —soltó en un tono que estaba entre la indignación y la derrota—. No hemos desayunado.
—Pero estamos temprano para el almuerzo, diletto. A veces se gana, a veces se pierde, ¿eh? —se acercó un poco más para ver esos ojos asesinos que Samuel le estaba dando.
En realidad, no estaba siendo serio, George conocía a Samuel enojado y aunque amaba todas las facetas de su novio esa era una que prefería saltarse.
—¿A qué hora nos acostamos ayer?
—¿Antes de que saliera el sol?
—¡George!
—No hagas preguntas si no quieres respuestas —George dio un último empujón y dejó que la cabeza de Samuel descansara en el espacio entre su hombro y su pecho.
—Grosero —Samuel respondió, pero le dio un tierno beso a la altura del hombro—. Imagina si me hubieras hablado así cuando recién estábamos saliendo. Mmm... te hubieras perdido de todo lo que pasó anoche.
—¿Me estás amenazando con sexo? —George soltó una carcajada—. ¿Quién eres y qué has hecho con mi diletto?
—Más te vale superarlo rápido, porque tu diletto —el acento con el que lo dijo lo hizo sonreír— anda con sueño y trasnochado por tu culpa, lo mínimo que podrías hacer es tratarlo bien.
—Siempre, desde que nos conocimos, siempre he hecho eso. ¿Me vas a dejar mentir?
Samuel le respondió con un sonido nasal entre aún dormido y despierto.
—Fui tu primer novio por algo.
—¿Estamos hablando de mí o de ti?
—Sammy.
—¿Qué? ¿No que antes de mí nada había sido serio? O era otro de tus coqueteos para enamorarme —Samuel levantó la cabeza un poco y se lo quedó mirando.
Esos ojos café tenían un poder sobre él que no admitiría frente a nadie y lo estaban incitando a seguir por ese camino, mientras que el cabello pelirrojo de Samuel estaba completamente desordenado y lo invitaba con esmero a que pasara sus dedos por ahí, que se rindiera nuevamente y buscara la tregua.
Definitivamente todo era una trampa de su novio aún con un pie en la tierra de los sueños y otro en la realidad.
—Lo fuiste, pero eso no significa que conquistara a todos de la misma forma. Tengo... Tenía una reputación que cuidar.
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In the Winter's Trail - one shots lams
RandomEsta es una colección de historias, algunos cuentos y por lo general one-shots de parejas que rondan a menudo en mi cabeza. Adéntrate a mi mundo si te atreves, quedas advertido. Para más información, revisar el índice. Incluye: • Lams • Kingbury • H...