Segunda parte: Godwin- Una historia de posesión demoníaca.
“Algo me susurró al oído: ‘nunca volverás a casa’, tengo miedo que sea verdad”.
Llegar a los gemelos, su casa ancestral, fue un viaje largo y tedioso lleno de piedras y bandidos los cuales no fueron rivales para los hombres de Lord Blackwood.
Si algo debe agradecer en su vida es la buena intención de lady Blackwood para con él: “No sé quién enloquecera más si algo le llegase a pasar a Godwin, si Sam, Kermit o Hemuth”, había dicho la señora del árbol al poner doble guardia en la caravana del joven.
Los pueblerinos mientras se acercaba lo miraban con ojos vacíos, muy desganados, en el aire hubo un aroma peculiar.
Cuando estuvo en las puertas con su caballo pudo ver dos figuras altas envueltas en capas negras las cuales lo estaban esperando, observó las torres inmensas y quiso largarse del lugar, son contadas las veces que regresó a casa y la verdad odia este lugar, odia las torres.
Sin pensarlo mucho bajo de su caballo y se presentó ante los dos, son un hombre y una joven la cual le devolvió el saludo con una sonrisa casi tan extraña como el semblante del hombre.
¿Ese es el nuevo Lord? Tuvo una sensación tétrica al verlo, con su manto cubriendo todo su cuerpo solo dejando ver su rostro puntiagudo.
—Es bueno que haya regresado, joven Godwin —saludó el viejo y el rubio tubo un escalofrío que le heló la espalda.
«Inclusive habla de manera extraña», no quiso estrechar su mano pero lo hizo, la mano se sintió fría como la piel de un muerto.
La joven avanzó y se presentó como la hija menor de Lord, Erzebeth es su nombre y cumplió sus quince años hace unos días, no hubo festejo alguno por las circunstancias que los envolvieron.
—Es un placer, joven Blackwood —Se inclinó, había algo en sus redondos ojos que hizo a Godwin incapaz de devolverle la sonrisa.
—¿Puedo ver al difunto Lord Frey? —pidió, realmente no le interesa, solo quiere salir de la situación.
Padre e hija lo llevaron hacia dentro, hubo más frío en el aire cuando cruzó por las puertas, vio la piedra que lo rodeó, la luz no entraba por las ventanas, el castillo Blackwood también es enorme pero los gemelos son simplemente... distantes, fríos como un cementerio y muy silenciosos, no se escuchó ni siquiera las pisadas de los sirvientes.
En un ataúd rodeado por flores y objetos de oro vio al cadáver, se acercó solo para alejarse de lady Erzebeth quien se pegó a su cuerpo como una sanguijuela.
«¿Por qué tiene los ojos abiertos?», se asombró, los ojos hundidos del cadáver lo miraron directamente, tuvo la ilusión de verlo parpadear, tal vez la falta de sueño lo está afectando. Es solo un cadáver más del montón, en la sala las pertenencias del joven se amontonaron, como dicta la tradición debe quedarse un buen rato hasta que quemen al difunto.Sin embargo, el nuevo Lord Helmus Frey no parecía querer sacar al antiguo señor del castillo. Este tiempo Godwin procuró mantener alejada a hija de Helmus Frey, lo último que necesita es una acusación maliciosa por haberse propasado con una dama.
Al tercer día el aroma no podía soportarse en el castillo, era un olor dulce y asqueroso que al rubio cegó, tenían que comer con esa peste en la mesa.
—¿Qué es eso? —Se animó a preguntar en una cena señalando un extraño baúl que siempre estuvo en la sala desde el comienzo.
Lord Helmus Frey no le dio importancia, con un suave gesto lanzó un: “Baratijas que traje de Essos”.
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Una Esposa Para Willem Blackwood
FanfictionWillem cumplió sus dieciséis años y con ellos debe elegir una esposa apropiada. "La quiero a ella", susurró para sí mismo mientras la veía parada en medio el salón. Alta, fornida y con un porte valiente, una mujer vestida de caballero atrapó su aten...