Capitulo 3

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Charlie

«¿Era tan guapo en la escuela?.»

Sacudí los pensamientos en mi cabeza en un segundo, aún sostengo su mano, la aprieto más y el no se deja vencer, mi mala suerte con este chico parece no terminar.

― Tienes una linda casa, lastima que la ensucias con tu presencia.

Hace una mueca de disgusto con su boca y suelta mi mano. ― Y tu tienes unos lindos padres, educados y presentables, no quedó nada para ti al momento del nacimiento?.

― Si quedó, solo que no me nace compartirlo contigo.

― Charles, ¿que hablamos cuando salimos de la casa? Compórtate. ― mi padre como siempre regañando cuando nada sale como le gusta.

― Papá, el grosero fue él.

Rueda sus ojos y pide un permiso antes de tomarme por el brazo y sacarme de esa casa.

― ¿Que clase de grosería fue esa con Nicholas? Basta de tus insolencias.

― Ese es el imbecil que te dije de la escuela, ahora resulta que debo ser su amigo, ¿por qué tú quieres?.

― Charles, es el hijo del senador de la ciudad, mi mano derecha y mejor amigo, solo es un roce de adolescentes, sé su amigo y nada de groserías en la cena.

― ¿Yo soy el de la groserías? Acaso no escuchaste como me dijo? Es un engreído.

― No te lo voy a repetir, te comportas y es mi última palabra, por dios que van a pensar ellos de nosotros.

― Ah, claro, siempre es el mismo problema, que va a decir la gente, como digas papá.

Vuelve a ingresar a la casa y yo decido quedarme tomando aire fresco, mire a los lados y saco una cajetilla de cigarros de mi bolsillo.

Un par de jaladas para olvidarme el estrés que me genera estar cerca de Nick, pero no dejo de pensar en lo atractivo que se ve.

La camisa de vestir blanca, remangada en sus brazos, resalta sus enormes músculos, el pantalón negro, zapatos negros pulcros y brillantes, su estúpido cabello que me hace querer deslizar mis dedos en él.

»Basta, es suficiente, no puedo pensar en él de esa forma, no lo soporto y el no me soporta, así debe ser.«

― Seguirás con tu berrinche o vendrás a cenar? ― su voz irritante detrás de mi, me recuerda la realidad, es un maldito insolente.

― Si tanto deseas mi presencia, admitelo.

― No sueñes tanto, mi papá me dijo que te buscará, al parecer quiere que sea tu amigo.

― El mío está en lo mismo, pero lastima que deba decepcionarlos, ni cobrando un millón de dólares sería tu amigo.

― Concuerdo contigo, prefiero atarte a un poste de luz y dejarte a tu suerte.

― ¿Tan básico eres? Que puedo esperar de alguien como tú, quítate del medio rubio.

Bloquea mi paso en la puerta con su brazo, esos ojos color marrón claro recorren mi cuerpo y lo veo morder su labio.

― ¿Te quitarás o qué?.

― Si no fueras tan irritante, te haría otra cosa.

Me acerco lo suficiente para que nuestros labios queden a milímetros de rozarse. ― ¿Incluye que me ates en una cama?.

― Usas tu cerebro cuando puedes y, sí incluye una cama y a ti esperando por mi.

― Tentador pero, no me gustan los presumidos, suerte para la próxima cuando bajes tu ego.

Sin Querer Dejé De Odiarte [NICK & CHARLIE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora