Emma separó con lentitud el aparato de su oreja, y lo dejó caer sobre la cama.
"Esto no está sucediendo" se dijo a sí misma, pero cuanto más trataba de mentalizárselo más se daba cuenta de que era verdad.
Su sorpresa se volvió enfado y después una gran tristeza que ni ella pudo comprender.
Respiró hondo, las lágrimas no salían aunque ella tuviera ganas de llorar. El shock era demasiado grande.
Darse cuenta de que lo que tienes en el día de hoy lo puedes perder en sólo un chasquido de dedos... Y tu vida puede dar un giro que no entenderás jamás.
Pero Emma era fuerte. Ella lo superaría. O al menos eso era lo que ella creía.
De todas formas, sus padres nunca estaban en casa... Pero de allí a estar muertos era un gran paso.
Además no sólo estaban muertos. Habían sido asesinados. Y antes de poder dormir en paz, ella tenía que saber quién había hecho semejante atrocidad.
- ¿Emma? ¿Sigues allí? -Sonó una voz mecánica desde el interior del teléfono.
Al parecer el mayordomo continuaba pegado al aparato. Emma se apresuró en contestar.
- Sí... -Murmuró en un tono de voz a penas audible.
- Iré ahora mismo a por ti. -Contestó él-. ¿Estás segura de que quieres verlos...?
Ella miró al suelo. Aunque no quería que el último recuerdo de sus padres fuera de esa forma, sentía curiosidad y furia. Necesitaba verlos...
- Quiero hacerlo. -Respondió decidida y inmediatamente después colgó la llamada, sin darle tiempo al otro de replicar.
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Gracias por leer! :D
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|•PALABRAS TACHADAS •|
RomanceEmma no conocía nada más que su vida detrás del cristal de su habitación. Tras el asesinato de sus padres adoptivos, su vida cambió. Los días se volvieron grises y oscuros. Pero aún le quedaba algo por lo que luchar en aquella triste soledad. Jace...
